Ricardo Mestre, el goleador de la Selección Argentina de Sordos a Independiente Villa Obrera

De Villa Obrera al país

La historia del sanjuanino Ricardo Mestre, jugador del equipo de la Boutique y goleador de la Selección Argentina de Sordos, fue reflejada hoy por uno de los medios deportivos más importantes al país.

12:19 | San Juan, 31 de agosto.- Ricardo Mestre inició su carrera futbolística a los 17 años, en Sportivo Desamparados, sin que su condición de sordomudo fuera un impedimento. Con el correr del tiempo se fue consolidando, pasó a Villa Obrera donde con sus goles colaboró para que el equipo fuera campeón del Oficial. Sin embargo, su momento de gloria fue con la Selección Argentina de Sordos. Con la albiceleste disputó torneos Panamericanos, Juegos Olímpicos y Eliminatoria. 

Su regreso al conjunto de la Chimbas, y muy especialmente su historia, hicieron que el diario deportivo más importante del país, Olé, se fijara en él.

A continuación lee la nota que le hicieron (Diario Ole):

No rompió el mercado. Fue un pase más. Del montón. Sin estridencias. Sin golpes mediáticos. Se cocino en voz baja aunque, sin dudas, merecería retumbar para que se escuche de Norte a Sur, de Este a Oeste. Es un ejemplo de lucha constante más allá de que jamás escuche el apoyo popular, el aplauso colectivo. “Mi viejo la otra vez me contó que la hinchada coreaba mi nombre…”, jura Ricardo Mestre, centrodelantero y nuevo refuerzo de Independiente de Villa Obrera, San Juan, para el inminente Argentino B. Ricardo Mestre, a punto de cumplir los 29 años, vale decir, es sordo, con un 90% de pérdida auditiva. Ricardo Mestre se guía por sus guías. Sabe lo que es gritar un gol. Pero no escucharlo. “Cuando la meto, no hay nada mejor que ver festejar a la gente, parados, sonriendo, con las manos en alto… Es hermoso…”, reconoce el 9 de la Selección Argentina de Sordos. Ningún improvisado más allá de su discapacidad. Y así como lo esencial es invisible a los ojos, oír el sonido del gol le resulta una mera anécdota. 

Sanjuanino, a los 2 años debió radicarse en Buenos Aires para recibir una educación especial junto a su hermano, también sordo. En la Capital vivió hasta los 14 años, antes de pegar la vuelta le contó Mestre, vía chat, al sitio especializado Interior Futbolero. “Por suerte tuve una educación en la cual me enseñaron a hablar y leer los labios cuando una persona habla… Pero, por ejemplo, hay chicos de la Selección que sólo hablan con lenguaje de señas entonces con ellos me comunico así… Me manejo de las dos formas”, dice quien oye pero no es escucha. “Con unos parlantes a todo lo que den puedo apenas distinguir la música… Sé si es cuarteto, rock o cumbia por el ritmo pero no sé quién canta ni qué banda es. “Si tengo puestos los audífonos, puedo escuchar a un 30%, pero no los puedo usar para jugar ni para entrenar porque cuestan una fortuna”, cuenta. Y el costo no es joda. “Preocupa lo económico porque están los audífonos, la escuela especial, la fonoaudióloga y la pedagoga”, explica el ex Sportivo Desamparados (dueño del pase), Marquesado, Atenas de Pocito y Aberastiain, aunque actual delantero de la Selección. 

Con la Celeste y Blanca lleva 26 goles en seis torneos. Jugó tres Panamericanos, dos Juegos Olímpicos y una Eliminatoria, con medallas varias. Y este año se quedó con ganas de más. “No pudimos viajar al Mundial de Turquía 2013 por falta de dinero. Clasificamos, pero sin apoyo fue imposible… Cada uno de los jugadores de la Selección trata de conseguir fondos a través del Gobierno de cada provincia, pero lo que conseguimos no alcanzó para poder disputar el Mundial. La AFA sólo nos da la indumentaria”, refunfuñó. Ahora estamos ahorrando para el 2016, que se jugará en Buenos Aires. 

Cada vez falta menos para el 22 de septiembre, día del debut de Independiente de Villa Obrera por el grupo 4 ante Atenas de Pocito y Mestre sigue haciendo los deberes para ser uno más. Cada partido es una nueva esperanza que mata los malos momentos, los tristes recuerdos (“hubo un DT me cargaba delante de mis compañeros y fue por eso que empecé a irme a otros clubes”, maldice). A lo mejor, dentro de muy poco tiempo, su viejo le cuente que fue ovacionado. Claro que Ricardo lo sospecharía después de ver tantas manitos en alto, sinónimo de gol. Y quien quiera oír, que oiga…

Domingo 01 de septiembre de 2013, 02:41