CAI Comodoro Rivadavia 1 - Deportivo Madryn 0
La Comisión de Actividades Infantiles le ganó a Deportivo Madryn por uno a cero con gol de Mauro Villegas en el primer tiempo. El marcador cerrado e incierto hasta el último pitazo, hizo que la expectativa se mantenga intacta hasta el final. El domingo, el “azzurro” visitará a Independiente de Neuquén.
El futbol es, decididamente, un estado de ánimo. Se puede estar óptimo en lo físico y muy dotado en lo técnico, pero si la cabeza se inclina hacia lo oscuro del factor anímico, es imposible que afloren y se impongan las virtudes.
Algo de eso se intuyó en aquel mal recordado partido frente a Alianza de Cutral-Có. La depresión futbolística del equipo era manifiesta, se percibía en facetas muy notorias, con gestos y actitudes que tuvieron su punto más controvertido en la derrota frente a los neuquinos.
Ese desafío, esa batalla, empezó a combatir el “azzurro” en las salidas de visitante en Madryn y Cipolletti, algo que ayer se terminó de rubricar en la victoria del Estadio Municipal.
Hubo signos vitales diferentes y aunque se repitieron errores anteriores en materia defensiva que fueron extensivos a la hora de definir, fue muy saludable eso que en futbol se califica como “actitud” ó “fibra”.
Se notó y mucho ese cambio. Fue una variante que se convirtió en estandarte para ganar la pulseada de expresiones casi idénticas. Porque la C.A.I., por localía, por necesidad, salió al frente, pero Madryn se plantó y salió un partido con una curiosa cantidad de situaciones de gol.
Fue tan distinto el partido a los varios que últimamente se ven en este futbol actual, que si el marcador hubiera terminado 5-4 ó 6-5, no debería llamar la atención. Lo que sí fue raro, es el 1-0 que en la lectura rápida podría confundirse con un desarrollo mezquino.
Y no fue para nada amarrete. Hubo generación de chances de gol continuas, con arqueros que fueron reclamados muchas veces y con una entrega que tuvo como abanderados a Mauro Villegas, Lucas Argüello y Marcos Ruiz en el “azzurro”; Matías Garrido, Leandro García, Fabricio Elgorriaga en Madryn.
El anotador se hizo chico para las decena de oportunidades de gol que hubo de cada lado. La C.A.I. acertó una y festejó con la algarabía de quien lo necesita muchísimo.
Después dos chances para cada lado, la C.A.I. acertó antes de los 20 minutos. En campo propio, Matías Birge quiso salir jugando por la izquierda con Elgorriaga. Sebastián Benites y su potrero intuyeron esa intención, vino la intercepción y la posterior contra. El propio Sebastián encabezó el ataque, tenía la opción sobre la izquierda de Lucas Reynoso y sobre la derecha a Mauro Villegas. Vino la asistencia para el goleador histórico de la C.A.I. y el “Mono” hizo clinck-caja ante la salida de Pereyra.
El desarrollo se hizo de ida y vuelta. No había prácticamente transición en el centro del campo y se jugaba mucho cerca de las áreas.
Leguiza en la C.A.I. y Pereyra en Madryn sacaron todo lo que le tiraban y las que no, se iban cerca por muy poco. Así se fue dando el resto del primer tiempo y en el segundo la situación no varió para nada.
Aunque sufrió en el fondo, la C.A.I. no resignó la posibilidad de sentenciar el juego. Pero no tuvo certeza, le faltó finura para estampar el dos a cero y dejar descansar el stress típico del que defiende una diferencia tan exigua.
Sufrió mucho, más de lo conveniente. Pero lo cerró con el guiño de la victoria. Como para que esta alegría se convierta en trampolín para saltar definitivamente hacia la posibilidad del ansiado cambio de categoría.
Ayer, la C.A.I. mostró virtudes y defectos. Las buenas le ganaron a las malas por la ferocidad goleadora de Mauro Villegas. Y como dato anexo y muy importante, lo propios jugadores se demostraron a si mismos, que se puede.
Cronica Comodoro Rivadavia
Jueves 25 de septiembre de 2014, 06:13