Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Buenos Aires)

Tuvo una sola a favor en el primer tiempo y fue gol. Rivas metió un córner impecable desde la derecha y Gamba cabeceó para mandar la pelota al fondo del arco. Casi todo lo demás, a la hora de generar situaciones de gol, había sido de Huracán, incluso con un pelotazo en el poste. Pero cuando un equipo está "dulce" y en racha, suelen ocurrir estas cosas. 

Unión tuvo orden en el fondo pero careció de manejo en el medio y arriba. Se equivocó demasiado con la pelota, pero aún así no fue desbordado por un Huracán que atacó más pero que no tuvo esos atributos que identificaron al equipo de Madelón. A veces no es necesario ganar bien o tener un fútbol fluido para ganar. Y eso le pasó a Unión.

Bien la dupla Barisone-Avendaño, como haciendo notar que el Pata no apareció en el equipo porque justo a tiempo empezó a funcionar la dupla Barisone-Sánchez. Y la cantidad de minutos sin que le conviertan goles a Nereo también es una prueba evidente de que las cosas empezaron a funcionar en lo defensivo cuando el equipo -y Madelón- más lo necesitaba.

Después, sin gravitación Montero, bien Martínez en la marca pero no tanto con la pelota y poco participativo Malcorra. Sólo Rivas para mostrar algo de talento y las corridas de los dos delanteros, que también entraron en la imprecisión del resto.

Cuando Trucco anuló equivocadamente, a instancias del línea, un gol legítimo de Gamba (entendieron que Avendaño tuvo participación en la jugada a pesar de que no alcanzó a tocar la pelota), parecía que el partido se le presentaba a pedir de Unión. Sin embargo, Toranzo frotó la lámpara y llegó el empate de Huracán con un remate cruzado y, enseguida, un cabezazo de Erramuspe (le ganó a Martínez en el duelo aéreo), que pegó en el poste y casi le permite a Huracán dar vuelta el partido. Unión pasaba de un potencial 2-0 a otro potencial 1-2. Sin embargo, enseguida llegó un error garrafal de Marcos Díaz -tuvo una mala tarde- en un córner que parecía de fácil resolución, dejó boyando la pelota adentro del área chica y Triverio no tuvo más que empujarla para colocar el 2-1.

Desde allí y como era de preveer, Huracán se fue al ataque con desorden y metiendo centros. Y Unión empezó a apostar al contragolpe, capitalizando los espacios, la inferioridad numérica del rival en su propìo terreno y la velocidad de sus delanteros. Así, mientras el Globo tuvo opciones y creció la figura de Nereo y también de una defensa rojiblanca que no tuvo muchas dudas ni fisuras, el Tate tuvo chances de aumentar el marcador, como por ejemplo aquel toque de Fabro luego de un centro de Caballero que pegó en el palo y salió.

Al final del partido se registraron incidentes. Los jugadores de Unión empezaron a festejar por haber sido los mejores del torneo (nadie podrá alcanzarlo). Algunos creyeron que era una provocación, entraron a la cancha y hubo amagos de golpes de puño. Nereo y otros jugadores se encargaron de persuadir a los que, equivocadamente, pensaron que había "goce" o "relaje" de parte de los jugadores visitantes. Inclusive, en el final de todo, hubo gritos aislados frente al hall central que apuraron la salida de la delegación y el regreso a Santa Fe.

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