Colón (Santa Fe) 3-0 Boca Unidos (Corrientes)
Colón vuelve a Primera división
Un grupo de hinchas lo arruinó otra vez: Colón ganaba 3-0 y a falta de 7 minutos invadieron la cancha y el árbitro suspendió el partido. Previamente, el encuentro estuvo parado 15 minutos porque desde la tribuna arrojaron un elemento que hirió a un jugador visitante. En lo futbolístico Colón no jugó bien y sufrió, hasta que consiguió ponerse en ventaja. Tras el 1-0 de Lucas Alario (de penal), el rojinegro lo liquidó con dos perlas del “Mago” Ramírez. También subieron Argentinos Jrs. y San Martín de San Juan. Mientras, Nueva Chicago, Aldosivi y Gimnasia de Jujuy jugarán un desempate.
- Foto:Pablo Aguirre
Enrique Cruz (h) - DIARIO EL LITORAL DE SANTA FE
Dicen que para gozar primero hay que sufrir. A esto lo sabe bien Colón. Está acorde con su historia, porque antes del gol de penal de Alario la situación era crítica. San Martín aseguraba su ascenso con una victoria holgada, Aldosivi había puesto el 2-0 y complicaba, a Argentinos no se lo contaba y el empate ya no servía. Merlo se dio cuenta que el equipo no tenía nada de fútbol y por eso lo metió a David Ramírez. Antes, el equipo había avisado con un par de insinuaciones de Garnier y de Lazzaroni. En el primer tiempo, las piernas pesaban y la pelota quemaba. Colón empataba el partido y no lo perdía por la mala puntería de Rios. No eran capaces de dar dos pases seguidos. El único que se animaba a algo era Bíttolo, pero muy poco, casi nada. Y la gente sufría.
Entró el Mago Ramírez, un refuerzo que nada había aportado, apenas un gol en un partido que se perdió (ante Guaraní Antonio Franco). Y el Mago hizo magia, cambió la historia del partido. Colón fue otra cosa a partir de allí. Le cambió la cara Ramírez. Pagó con creces la deuda que tenía con la gente de Colón. Antes hubo una doble tapada de Garavano a Prichoda, otro de los que podía aportar algo de fútbol y estaba afuera (entró por Bíttolo). Fue el presagio del mejor pasaje futbolístico de Colón, que cambió totalmente su actitud a la hora de manejar la pelota. Se lo llevó por delante con fútbol y con agallas, como las que tuvo Pavón para ir a buscar una pelota casi perdida, hasta que Moisés le cometió un penal poco entendible pero clarísimo. Y fue gol de Alario con un remate arriba que se clavó en el ángulo. Y a los pocos minutos llegó la jugada de David Ramírez, que la paró afuera del área y demostró por qué es uno de los jugadores que mejor le pega a la pelota: la clavó abajo, junto al poste derecho de Garavano en el segundo, y en el otro palo, el izquierdo, en el 3-0 antes de la invasión de cancha.
Dicen que para gozar primero hay que sufrir. A esto lo sabe bien Colón. Está acorde con su historia, porque antes del gol de penal de Alario la situación era crítica. San Martín aseguraba su ascenso con una victoria holgada, Aldosivi había puesto el 2-0 y complicaba, a Argentinos no se lo contaba y el empate ya no servía. Merlo se dio cuenta que el equipo no tenía nada de fútbol y por eso lo metió a David Ramírez. Antes, el equipo había avisado con un par de insinuaciones de Garnier y de Lazzaroni. En el primer tiempo, las piernas pesaban y la pelota quemaba. Colón empataba el partido y no lo perdía por la mala puntería de Rios. No eran capaces de dar dos pases seguidos. El único que se animaba a algo era Bíttolo, pero muy poco, casi nada. Y la gente sufría.
Entró el Mago Ramírez, un refuerzo que nada había aportado, apenas un gol en un partido que se perdió (ante Guaraní Antonio Franco). Y el Mago hizo magia, cambió la historia del partido. Colón fue otra cosa a partir de allí. Le cambió la cara Ramírez. Pagó con creces la deuda que tenía con la gente de Colón. Antes hubo una doble tapada de Garavano a Prichoda, otro de los que podía aportar algo de fútbol y estaba afuera (entró por Bíttolo). Fue el presagio del mejor pasaje futbolístico de Colón, que cambió totalmente su actitud a la hora de manejar la pelota. Se lo llevó por delante con fútbol y con agallas, como las que tuvo Pavón para ir a buscar una pelota casi perdida, hasta que Moisés le cometió un penal poco entendible pero clarísimo. Y fue gol de Alario con un remate arriba que se clavó en el ángulo. Y a los pocos minutos llegó la jugada de David Ramírez, que la paró afuera del área y demostró por qué es uno de los jugadores que mejor le pega a la pelota: la clavó abajo, junto al poste derecho de Garavano en el segundo, y en el otro palo, el izquierdo, en el 3-0 antes de la invasión de cancha.
No fue casualidad todo lo que pasó en el primer tiempo. No podía esperarse mucho de un Colón que no modificó, en nombres, la escasa posibilidad de buen manejo de pelota que ya había advertido en la olvidable actuación de Pergamino. Casi no hubo diferencias entre aquel Colón de Douglas Haig y éste de Boca Unidos. Por eso, los correntinos asumieron la iniciativa a partir de la buena actuación de Sánchez Paredes en el medio, con el aporte inestimable de Marino y Raimonda para aportar un dominio de pelota que Colón jamás tuvo.
Todo cambió en el segundo tiempo, sobre todo a partir del ingreso de Ramírez, que fue clave para que el equipo modificara su actitud. Genio y figura. Responsable total de la victoria, porque hasta ese momento el equipo verdaderamente no jugaba a nada, le pesaban las piernas y la presión se sentía. Desde que pisó la cancha, cambió absolutamente todo. Colón no se desordenó, pero salió a buscar el partido con otra confianza, con otra actitud y también con fútbol, algo que recién tuvo con su entrada en el segundo tiempo.
Colón terminó liquidando el partido con una ráfaga tremenda. Hasta el momento del penal, las dudas gobernaban el ambiente en un Centenario repleto. Después, en quince minutos y con una actitud muy elogiable, Colón salió a hacer lo que tenía que hacer para ascender. Se soltó el equipo, se animó y apareció un jugador distinto como Ramírez, enorme figura del partido.
Después vino la invasión de la gente y la suspensión faltando siete minutos, algo que pasará a consideración del Tribunal de Disciplina. Fue la liberación de tantas tensiones en la gente y también en los jugadores. Se había sufrido mucho, antes y durante el partido. Por eso, nadie pensó en las consecuencias cuando se produjo la invasión. No importó absolutamente nada. Sólo entrar a la cancha a festejar. Y así fue.
Dicen que primero hay que sufrir para luego gozar. Muchos chicos de este plantel se fueron al descenso a mediados de año a pesar de realizar una buena campaña, tuvieron que jugar con la espada de Damocles en los 20 partidos de este torneo, no se le hizo fácil a pesar de que durante gran parte de la vida de este torneo estuvo entre los cinco ascendidos. Pero los resultados que se fueron dando en esta última jornada, casi a tono con ese sufrimiento, pusieron en algún momento a Colón en el sexto puesto. Ahí fue cuando el equipo salió a jugarse la vida. Y salió bien. Con eficacia, con contundencia y con la magia de Ramírez.
Festeja el pueblo sabalero. Sube a Primera en apenas seis meses, a lo grande, con euforia, sufriendo y gozando a la vez. ¡Salud Colón, feliz regreso a Primera!
Lunes 08 de diciembre de 2014, 03:33
Se informa a los visitantes de Ascenso del Interior que los comentarios serán visibles una vez aprobados por el moderador y que no será publicado ningún comentario que contenga insultos, amenazas, agresiones o denuncias anónimas. Muchas Gracias.