El Matador perdía en San Juan pero en el complemento reaccionó, lo empató y en la tanda de penales logró el pase a la final del Federal C.

A matar o morir. Esa fue la idea que los muchachos de Andes Talleres se pusieron en mente para visitar a Árbol Verde en la vecina provincia y tratar de conseguir el pase a la final del torneo. En el partido de ida, el encuentro había finalizado en empate y el equipo de Fiti Estrada sabía muy bien que el margen de error se había reducido notablemente.

El partido, desde el inicio, fue muy trabado, pero el Verdelino tomó la posta del juego y presionó bien arriba al Tallarín que poco podía hacer para tratar de contener los ataques del rival. Pese a los intentos por abrir el marcador, al conjunto local le faltó claridad y no podía quebrantar la defensa de la visita que, como podía, lograba despejar el peligro en su área.

Roi y Juncos, por su parte, intentaron marcar el gol que le permitiría a Talleres abrir el panorama, pero los defensores sanjuaninos abortaron los ataques de la visita. Recién a los 40', Paulo Oballes, en complicidad con Balmaceda, lograba abrir el marcador con un fuerte remate que Garro no pudo controlar. El resultado transitorio no le sentaba nada bien a los Cerveceros que se fueron al descanso con toda la presión encima.

En el complemento, la historia cambio radicalmente. Talleres cambió el chip. Salió dispuesto a dar vuelta el resultado y lo logró, porque a los 13', la figura de la tarde, Joan Juncos de cabeza marcó el empate. Puesto el empate, los equipos trataron de evitar los penales, pero no pudieron torcer el empate que los obligaba a definir la serie desde los doce pasos.

En la definición, erraron Oballes, para el local, y Videla en la visita. Luego, en el uno a uno, Diego Rivero no pudo concretar su tiro y todo quedo en manos de Dulio Garzia que con gran jerarquía y sin sentir la presión del público sanjuanino, desató la locura de la gente del Matador que acompañó a su equipo en un partido histórico para la institución de calle Minuzzi, que es más finalista que nunca.