Sintesis - Federal B Zona 2 - 8º fecha

Por Sergio Daniel Peyssé / speysse@lanueva.com

Por el envión que traía, con tres éxitos en fila, por ahí el punto no le llenó ni una muela. Por la mejoría que mostró en el segundo tiempo, donde fue más fino e incisivo que su adversario, ese punto se tendría que haber multiplicado por tres.

Pero no pudo, y como no le importó buscar las causas de esa imposibilidad, el punto lo guardó en un rincón de la baulera del colectivo y no habló más de él hasta llegar a Bahía.

Pero cuando Villa Mitre piense en frío, se dará cuenta de que el “poroto” que consiguió en Coronel Vidal, frente a América de Pirán, puede servir y mucho para una buena ensalada.

Y lo va a valorar por tres razones: tuvo que luchar contra el temple de un rival con jugadores de experiencia en estos torneos, renegó más de la cuenta con el pésimo estado del campo de juego y nunca pudo ganarle la batalla a sus propias limitaciones.

Antes del partido, los futbolistas del tricolor estaban seguros de sí mismos. “Venimos a ganar; se puede”, dijeron varios antes de ingresar al vestuario visitante. Y la propuesta y el dibujo táctico demostraron que no mentían. Un 4-3-3 y presión alta, en campo enemigo.

Pero el piso parecía un campo de doma. Era como jugar en la playa. Para intentar progresar había que levantar el balón, y en el juego aéreo la Villa nunca sacó la sortija.

Encima Luque, en un envió diagonal al borde del área grande, que se abría hacia afuera, hizo todo lo que no debe hacer un arquero. Salió, erró el puñetazo y gol de Santiago Giuntini.

Pero el golero villamitrense no quedó “Manchado” por el error gracias a Nicolás y a la “Manu” que le dio González; no el Loro, sino el que juega de 6.

Nico, en los primeros 20 minutos del complemento, fue el “Hombre nuclear”. Sólo lo pararon con patadas, algunas leves y otras de karate. Hizo amonestar a Christovao y Tambussi en dos arranques seguidos, generó el tiro libre que rosó en el codo de Manuel González para el 1-1 y tuvo la situación de pregol más clara de su equipo, aunque perdió con Chiappa en el mano a mano.

Es más, en una corrida, Tambussi lo bajó de atrás con una tijera digna de Titanes en el Ring. Era roja para el 2 albinegro, pero el árbitro, en su único yerro considerable, no cobró la falta y terminó amonestando al 10 visitante por simular.

Villa Mitre podría haber ganado. Es cierto. Y si lo hacía, podría haber ingresado a zona de clasificación. También es verdad. Pero el punto no es malo. Mantuvo el invicto en cinco partidos, la anemía goleadora ya la dejó atrás y ahora debe recibir a Tres Algarrobos, al que le ganan todos. Y ahí sí le tendrá que dar valor al punto de ayer...

Por Gonzalo Antonio Martínez / gmartinez@lanueva.com

En la charla previa al partido en el vestuario de Bella Vista, Iribarren le dijo a sus dirigidos que Defensores iba a ser "una piraña que intentaría morderle los pies para asfixiar su juego". Y estaba en lo cierto.

Si bien el local se puso en ventaja rápidamente y controló a voluntad el trámite en los primeros minutos, su rendimiento fue decayendo progresivamente hasta que, con garra y extirpándole la mitad de la cancha, el visitante llegó a un empate que pareció "cantado".

Dio la sensación que el dueño de casa quemó todos sus cartuchos de arranque. Así, con un esquema similar al utilizado en la final ante Liniers --con diferentes protagonistas-- se volcó decididamente en campo adversario.

Belleggia desbordó a Ramírez una y otra vez hasta dejarlo en ridículo, y por ese sector llegaron las más peligrosas. Primero Gabino se asoció con Priore pero Puga le contuvo bien y después arrojó un centro que Roa no pudo empujar a la red.

Hasta Saccomani se animó a encarar al lateral izquierdo que jugó con la N°5 en sus espaldas. En esa acción, López Grassi lo taló y Barroca, con una pegada magistral, cambió tiro libre por ventaja.

El gol activó las alarmas en el equipo de Mariano Larrea; que reaccionó bien, cerrando todos los caminos.

Así se consumió el primer tiempo: con la sensación de que no pudo aprovechar su superioridad futbolística ante un rival que nunca mostró buenos pergaminos.

Sin embargo, el complemento fue la cara opuesta de la moneda. Puga le ganó dos veces la pulseada a Priore mano a mano y diluyó las ganas del anfitrión.

López Grassi (bien secundado por Olivera) se adueñó de la mitad de la cancha, Alan Fernández aportó la cuota de precisión necesaria para que Jofré, muy explosivo por la izquierda, vuelva loco a Verón.

Ramírez revirtió su imagen y se animó a pasar con soltura al ataque. No obstante, sus centros fueron bien cortados por Luján.

A los 29, López Grassi tiró un centro desde el sector que más le dolió a la Loma, Giachero la mató con el pecho e Ivanoff selló un gol que se veía venir.

En la última, Bella Vista lo pudo ganar con la pegada de Belleggia en un tiro libre. Pero la pelota se le escurrió al arquero Puga, pegó en el travesaño y se fue por arriba.

Cocodrilo que duerme...