Marcelo Cendra se retiro del arbitraje
El retiro de Marcelo Cendra: ''Lo di todo''
En el umbral de los 40 años, Marcelo Cendra le dijo adiós al arbitraje. Fue el mejor de la última década y aunque nunca pudo hacer el curso nacional, siempre lo eligieron para los cotejos decisivos de los ex Argentino B y C. Fue un árbitro de vieja escuela, super profesional y cuidadoso. Quebrado por la emoción, habló en OLAFUTBOL RADIO (Sapiens 102.7, lunes a viernes de 13 a 14). LEER
GENTILEZA DE MATCELO VERNA - OLA FUTBOL
LA ÚLTIMA SENSACIÓN
-“Es algo inexplicable lo que te pasa al final, fue más de la mitad de mi vida el arbitraje. Es duro, lo decidí yo. Cuando entré a la Liga lo hice por la puerta y quiero salir de la misma manera. Trabajando todos los años y dedicándome a full al arbitraje.
-“Tengo una mezcla de todo, pero sobre todo de alegría porque comienza otra cosa, otra vida para mí. Quizá el domingo o sábado cuando me toque mirar un partido -porque voy a seguir mirando fútbol- va a estar el bichito ése que te pica, pero es una decisión tomada. Fui feliz con el arbitraje, si se hubiese convertido en un peso hubiese dejado, por más que haya pasado momentos duros dentro de un campo de juego, duro en el sentido en la forma como te trata algún hincha que no se sabe ubicar...Eso me pasó en cancha de El Fortín: yo había pasado algo personal con una sobrina, había fallecido y lamentablemente me lo recordaron; más me dolió porque estaba mi hermana y hacía dos días que había enterrado a la hija.
EL ÁRBITRO
-“Como dijo un maestro que es Omar Pompei, árbitro sé es todos los días y eso fui yo. Me metí en que todos los días hay que ser árbitro y prepararse para el mejor partido. Renegué por el partido que me tocaba a veces, pero lo hice de la mejor forma, preparándome día a día y concurrí a todas las clases. Si falté era por cuestiones laborales, no había cumpleaños ni nada, tenía en mi mente el arbitraje.
-“Lo di todo, podría haber seguido un poco más pero es la decisión tomada. El 13 de septiembre era mi último partido y es inexplicable. Fue un partido que dirigí como una final más, tranquilo, me costó levantar el bolso en casa, recorrer esas cuadras, y al llegar a la cancha es un partido más, una final más y ahí tenía que terminar. Lo dirigí como tengo que dirigir un partido, me equivoqué en un lateral y se los reconocí a los jugadores, que me había equivocado, seguramente ellos no sabían qué pasaba por mi cabeza. Mi agradecimiento es con todos, dirigentes, jugadores, familia, compañeros del arbitraje.
-“Hoy se superan todos los límites, hay que ver que es un juego no más, termina el partido y la vida continúa y hay gente que no entiende, se agarra de cosas personales. Por más que yo me haya cuidado en la vida personal, no salía, no tomo alcohol, no fumo, y por más que lo haga, siempre se busca cualquier cosa. Como decía Omar Pompei, te ven tomando un vaso de Coca y es un vino tinto y tenía mucha razón. La gente nos conoce, es el árbitro, pero nosotros no los conocemos a ellos, están detrás de un alambrado y hoy inventan cualquier cosa.
-“El arbitraje me dio más satisfacciones que tristezas, por eso seguí e hice esta carrera. La llevé adelante lo mejor posible, cuando alguien se enfoca en algo hay que dar el máximo y lo di y cuando lo das, ya está. En el fútbol cada uno defiende lo de uno y lo tienen que ver como un deporte, nada más, eso es el fútbol. Es tan lindo y apasionante, que todos los días cambia, que los partidos no son iguales, que uno quiere programar algo y llega el domingo y te encontrás con una jugada y otras cosas dentro de un campo de juego.
LO QUE SE GANA Y LO QUE SE PIERDE
-“Hubo fechas especiales que no se pueden compartir. Digo fechas puntuales, que para un torneo Federal tenés que viajar un viernes o sábado y no perdías solamente la hora de los partidos, sino dos o tres días, y cuando salís de trabajar vas a viajar, volvés y entrás a trabajar, ves cinco minutos a la familia y hoy pienso en otra cosa y en ser feliz. Está mi felicidad por delante.
-“Empieza otra vida. A pensar otras cosas, la familia, los amigos, la gente que uno quiere y lo quieren también, de mi vieja, de mis hermanas, mis compañeros. ¿Si creo que me necesitaron y no estuve ? Seguro, en muchos momentos, y yo estaba dentro de un campo de juego, el Día de la Madre más que nada. Mi Vieja me preguntaba si iba a ir el domingo y yo le decía que tenía que dirigir un partido, no sabía qué dirigía, pero siempre tenía en la mente que el domingo tenía partido y era el partido de mi vida. La profesión es así, fui lo más profesional posible.
LOS CAMBIOS PERSONALES
-“Antes pensaba que era el reglamento puro y no era así, había que cambiar, una vez que lo hice, dirigí todo lo que dirigí, porque cambié yo, mi forma de dirigir. El reglamento no, sino me di cuenta que se podía aplicar de una forma que no era como era yo.
-“Ponía distancia porque mi personalidad en ese momento me decía que tenía que ser así. Después me hizo ver el periodismo, instructores, compañeros, que uno tiene que ir cambiando. Uno tiene que ir mejorando, todos los días se puede, y si no me lo decían no lo veía, pero cuando te lo dice uno lo dejás pasar, pero cuando lo dicen más, lo revisás. La crítica de un periodista siempre te hace pensar, aprender y mejorar, siempre y cuando sea constructiva. En todas las cosas se aprende de esto del trabajo, dirigir también. Si te dan una opinión tomála, si es para mejorar bienvenido sea.
EL REPASO
-“Dirigí 23 años. El mejor partido fue la final de Chaco For Ever y Juventud de Gualeguaychú, la final del ‘B’ para el ‘A’, en Gualeguaychú. Fue mucha gente, me jugué el partido y fue el mejor de mi vida. Hablé con (el encargado de la designación arbitral) Gustavo Bassi y me dijo que el fierrito caliente me lo daba a mí, él dijo eso, pero también soy un agradecido al Consejo Federal, que siempre miró para Olavarría en instancias finales.
-“No seguí estudiando porque no tuve la posibilidad. Tuve que salir a laburar porque había cuatro hermanas y el único era yo. Arrepentido no porque hice lo mejor que pude en todo, llegué demasiado lejos, alguno lo verán más adelante por los partidos que dirigí, las finales del ‘B’, del ‘C’, ascensos, descensos, liga local, de Coronel Suárez.
-“Jamás tuve partidos que me dieran miedo, por mi trabajo (NdR: es personal penitenciario) uno está más curtido, pero hubo un partido que casi se arma una batalla campal, en Comodoro Rivadavia con Huracán y Deportivo Madryn. Fue un miércoles y en la cancha entró un hombre con una 9 mm, al segundo partido tuve que ir yo a Comodoro, pensando todo el viaje, me acompañaron dos asistentes de Azul y hablábamos todo el camino, 24 horas, no sabíamos con qué nos íbamos a encontrar, pero fue normal, no hubo expulsados, salimos bien de la cancha. Ganó Huracán por penales, en el segundo minuto de adición empató y fueron a penales.
EL QUE JUEGA Y EL DE AFUERA
-“La mayoría de los jugadores que uno va a jugar un partido son correctos, me han tocado muchos, me han respetado mucho y yo también. Más allá de que haya alguna agarrada en los 90 minutos, cuando terminan, se terminó, pero si te tengo que nombrar uno no sabría porque son muchos.
-“¿Si hubo algún partido que 'siguió' en la semana? Sí, un partido de El Fortín – Ferro. Fui línea, ellos quizá no lo entendieron y les parecía que tenía que seguir. Ya está, me olvidé de todo y de las dos personas, cada uno sabe cómo actúa. No hubo agresiones, por todos los torneos que estuve, gracias a Dios nunca me tocó eso. Siempre me manejé de no dar el teléfono a nadie, si es de otra característica no atender, fui cuidadoso y me inculcaron así, tener cuidado con quien hablo.
PARA SONREÍR
-“Tengo anécdotas con compañeros. Fuimos a dirigir un partido, creo que éramos Veneciano, Maitini y yo, pero los tres salimos con banderín. Hugo Demichelis fue asistente mío en una final en Coronel Suárez, siempre nos presentamos de traje, como corresponde, y llegamos ahí, y él había llevado el traje y no los zapatos, se tuvo que poner las zapatillas de árbitro, se puso en el medio como era el más chiquito, ja. Uno disfrutó mucho de los compañeros, el vestuario es especial, los hoteles también, siempre manejándonos de la misma forma, tratando de andar los tres juntos para todos lados, dirigir el partido y quedarse en el hotel.
LOS PREFERIDOS
-“En Olavarría, elijo a José María Pompei como árbitro y Luis Leary como asistente. Fui asistente de ambos. Tuve la posibilidad de tener de asistente a una gran persona y un gran árbitro como Walter Velaz en Villa Mi Serranía y después fue internacional. Uno lo ve acá y muchos no lo valoran, la carrera que hizo él o Juan Pablo (Pompei).
-“El jugador que me gustó es (Eugenio) ‘Kenio’ Boado, tenía todas las condiciones. Hoy vas a la cancha y tenés muchos, que si se dedicaran bien no tendrían que jugar acá, tendrían que estar en otro lado.
EL FUTURO
-“Hoy me tomo un tiempo, después vemos. Nunca pedí estar en un lugar, si me lo ofrecen lo veo después, pero siempre dando lo mejor de mí en el lugar que esté, dar el máximo, sino no me gusta.
GRATITUD
-“Quiero agradecer a Oscar Durán, a miembros de la Liga de Fútbol, a los árbiros, al instructor Daniel Cerdera y por último a toda mi familia, a mi mamá, a mis hermanas, conocidos, amigos, y también a Marisa Gisler, que es mi puntal en este momento, agradecerle mucho, ella me acompaña y a partir de ahora...otra vida”.
Jueves 17 de septiembre de 2015, 23:14