Apenas 14 minutos le bastaron a Sansinena para dejar a su rival en la lona. Sin embargo no pudo noquearlo y debió sufrir hasta un buen tramo del complemento para encontrar el 4-2 decisivo en casa.

Los goles llegaron rápido en el Luis Molina; aunque las causas del primero, dejaron sus dudas. El árbitro Walter Torraca vio un ¿agarrón? sobre Axel Lischeske que cayó desplomado dentro del área y Mc Coubrey, con mucha calidad, estableció el 1-0 desde los doce pasos.

Los equipos ni siquiera se habían acomodado y el marcador volvió a romperse. Salida rápida en un tiro libre de Schefer con Brian Scalco (¿adelantado?), arquero en el camino y 2-0 para el cerrense.

Pero faltaba más. A los 14, una asociación colectiva entre Scalco (se la llevó por derecha), Mc Coubrey (recibió en el vértice del área grande) y Schefer (empujó la asistencia de Mc), comenzaba a dejar en ridículo al conjunto sureño dirigido por Daniel Padín. Pero...

A partir de allí, el de Río Gallegos se amigó con la pelota, ganó metros en el terreno de juego y comenzó a elaborar ofensivas de forma constante. Y en esa creación mucho tuvo que ver su enganche, Luis Vidal, mostrando pinceladas ingeniosas.

A los 22, le puso una pelota en la cabeza a Nieres para que conecte un cabezazo bombeado (de goleador nato) y ponga el partido 3-1; y, de arremetida, el mismo Vidal le puso el moño a una proyección de Ceratto (3-2).

Pero cuando el mejor momento de Boxing era una realidad, emergió un pilar fundamental para evitar lo que podría haber sido, a posteriori, un dolor de cabeza para Mauro Laspada y un segundo tiempo vibrante.

Juan Manuel Stefanof le ganó en el mano a mano al autor del segundo gol y se rehizo rápidamente para neutralizar el disparo a quemarropa de Alex Franco, en el rebote de la última jugada de los primeros 45.

A propósito, la intensidad que ofrecieron fue una invitación al espectador a no despegar su humanidad de las gradas albirrojas.

Aunque en el complemento los protagonistas bajaron los decibeles, el desgastante viaje del equipo santacruceño comenzó a reflejarse en el trámite y, luego de una desatención defensiva, Mc Coubrey entró de atropellada al área y Linares pulverizó las ilusiones del albiverde.

En conclusión, el 3-0 parece ser el peor resultado para el equipo tripero, que ayer volvió a sufrir la misma situación que en Bariloche.

Por otra parte, y viendo el vaso medio lleno, la capacidad de neutralizar la remontada rival es asombrosa; tiene más de media clasificación en el bolsillo y no piensa levantar el pie del acelerador.

Fuente: Diario La Nueva Provincia

Esta instancia del torneo no permite errores, ni tropezar dos veces con la misma piedra. Villa Mitre asimiló esa realidad en la semana y luego del duro 0-3 sufrido ante Boxing levantó la frente, al superar con contundencia a Sol de Mayo, por 5-1, en el otro encuentro que ayer tuvo la 3ª fecha de la Zona A del Federal B.

Con este resultado, la Villa llegó a 6 puntos, quedando como el único escolta del líder Sansinena, que será su próximo rival tras la fecha entresemana (el tricolor quedará libre).

La idea inicial de Sergio Priseajniuc de colocar a Maxi Cantoni como único volante tapón prácticamente no se pudo ver en cancha.

Antes de los 10 minutos, el carhuense se lesionó y obligó a cambiar de piezas con el ingreso de Cocciarini.

Pese al imprevisto inicial y a una buena atajada de Luque tras un cabezazo de Lobato, el dueño de casa apretó el acelerador y no frenó más.

Con dos ráfagas letales, la Villa fue marcando una diferencia abismal, pasando del 0-0 al 2-0, y luego al 4-0 antes del descanso.

Primero, a los 13 minutos, Zárate tuvo todo el oficio del mundo para aguantar la pelota de espalda al arco y habilitar a Rodrigo Sánchez, quien fusiló a Astuti.

Para recuperar la confianza y dejar atrás el temporal que lo castigó en Río Gallegos, al tricolor la prematura diferencia le vino como anillo al dedo para soltarse y empezar a jugar.

A los 25, en una réplica bahiense, Zárate quedó de frente a los centrales y, tras una diagonal de Sánchez, encontró el tiempo y espacio justo para sacar un remate inatajable contra el palo izquierdo del golero visitante.

A partir de los 30, y con el envión del 2-0, empezó el show de Fabián Dauwalder, quien le devolvió toda la confianza al entrenador con una performance individual de altísimo rendimiento.

A los 36, el Nº8 fue más vivo que toda la defensa albiceleste y anotó el 3-0 tras un córner de Rolón.

Y a los 42, Fabi se desprendió a fondo por derecha y le rompió el arco a Astuti luego de conectar otra asistencia exquisita de Zárate.

Ante un rival que casi nunca presionó en la salida y que tuvo gravísimos desacoples defensivos, el elenco villamitrense hizo lo que quiso en el primer tiempo.

A los buenos rendimientos de Dauwalder y de la dupla Zárate-Sánchez, se le sumaron pasajes positivos de Rolón y Mugabure para terminar de amalgamar la idea inicial antes del entretiempo.

Para colmo, en el arranque del complemento, Sol de Mayo cometió otro error de principiante: dejó sin marca a Rodrigo Sánchez y el capitán cabeceó de lleno un tiro de esquina de Romero (otro de buen partido) para establecer el 5-0.

Ni exagerado o inmerecido. Villa Mitre salió a jugar con la sangre en el ojo y sabiendo que en el regreso a casa no podía volver a fallar.

Al partido de ayer le sobraron más de treinta minutos (allí llegó el gol del honor de Diego Ríos luego de una buena maniobra de Luquet) porque la Villa demostró que el sol siempre vuelve a salir después de una tormenta.

Ahora la mira ya le apunta al corazón de General Cerri.