Villa Dálmine (Campana) 0 - 1 Douglas Haig

Que alegría, que alegría…

En cancha de Dálmine, club cuyo hincha más famoso es Juan Carlos Calabró, el que bailó de felicidad fue Douglas, que con el paso artístico de Govea Tenorio al estilo Johnny Tolengo, derrotó este viernes 1 a 0 al líder del campeonato en una noche majestuosa, ganó por primera vez en el torneo de la B Nacional, sube en los promedios, le quitó el invicto al Violeta y cortó una racha sin triunfar de visitante después de 406 días. Fue un partido mediocre, casi sin situaciones, en el que el rojinegro pegó en el instante justo y luego aguantó la ventaja, que le permite terminar el fin de semana con una sonrisa.

FUENTE: LA GLORIA O DEVOTO

Hablar de Villa Dálmine siempre inevitablemente traerá a la memoria al Juan Carlos Calabró, quien en su épocas de corredor de bicicletas sufrió la pinchadura de una de sus gomas justo enfrente de la cancha en la década del ´50 y debido a la hospitalidad recibida por entonces por los vecinos del lugar, se flechó para la posteridad y su amor por esa institución no claudicó jamás.

Uno de los personajes emblemáticos del humorista fue el de Johnny Tolengo, que con su hit “Que alegría, qué alegría”, cautivó no solo a chicos y grandes en los ´80 sino que ese éxito fue popularizado a la eternidad por la mayoría de las hinchas del Fútbol Argentino.

Ese mismo sentimiento, el del título de la canción, le cabe perfectamente a Douglas, que luego de tantas pálidas, de padecer sinsabores, como puntos que le arrebataron en tiempo de descuento-Instituto y Estudiantes de San Luís- o jugando en gran nivel-Crucero del Norte-, esta vez le tocó una a favor, que fue la derrotar este viernes por la noche en Campana al líder el campeonato de la B Nacional.

Es que el rojinegro volvió al triunfo tras de 164 días, y de visitante lo logró después de 406-el último el 11 de Septiembre del 2015 en Santiago del Estero con Central Córdoba-, y para colmo el inicio del presente no fue el mejor.

Sin embargo, este deporte por suerte no entiende de lógicas, y eso quedó demostrado en el Coliseo de Mitre y Puccini, donde pocas veces la visita pudo desplegar el juego exhibido en los anteriores compromisos, pero pegó en el momento exacto mediante Govea Tenorio, y posteriormente se dedicó a sostener la diferencia, lo que le alcanzó para conseguir el 1 a 0 definitivo.

El trámite del cotejo fue mediocre. El elenco de Lippi intentó tomar las riendas vía la magia inagotable de Grazzini, y el buen pie de Gallucci Otero y Rodríguez Rojas-la figura del partido-, y la movilidad de Villalba en los costados-intercambió en reiteradas ocasiones con López- y el ecuatoriano en la ofensiva.

Fue así que en varios pasajes el “Milan de Pergamino” le quitó el balón, y por ende el protagonismo, a un dueño de casa que únicamente contó con el despliegue y las buenas intenciones de Ruíz volanteando por derecha, y de Cérica corriendo en todo el frente de ataque.

Más allá de esto, los arqueros fueron espectadores de lujo, y la primera aproximación con peligro terminó en gol. A los 44´ Govea bajó una pelota muy llovida dentro del área y ante la torpe salida de Kletnicki lo desairó con una gambeta en el aire, y con el arco a su merced acarició a la red colocando en ventaja a los suyos.

En el complemento el local salió decidido a buscar el empate y mantener la racha en la competencia, aunque equivocó los caminos, no tuvo orden, menos profundidad y fue a los ponchazos, fórmula que no resultó.

Del otro lado, los del norte bonaerense perdieron el esférico, mitad por error propio y la otra porque el adversario lo fue arrinconando en su campo, y a esa altura apostó a jugarlo de contragolpe en su afán de estirar la score.

Ese período gozó solamente de una chance, que fue una doble a los 24´. Ruíz se impuso de arriba y su cabezazo dio en palo derecho de Perafán, la bola recorrió paralelo a la línea y en el rebote Cérica la tiró por encima del horizontal.

El Violeta acumuló gente en terreno enemigo sin sentido y se fue robando espacios, ya que eso les simplificó el trabajo a los defensores de los pergaminenses, que bajo la batuta de sus centrales, Gioda y Coria, abortaron todo tipo de intenciones de igualdad al rival, que cayó preso de sus limitaciones.

El DT juninense movió el banco. Sacó a sus jugadores más adelantados, Govea y Grazzini, por Tamburelli y Córdoba, con la premisa de meter alguna estocada letal, y más tarde a Cabello por un fundido Villalba con la idea de agarrar la bocha.

Los de Marchesi apelaron a embates individuales, sin claridad ni generando riesgo a la valla del “Flaco”. Por eso los de calle San Nicolás 44 lo aguantaron con solvencia y se apoderaron del premio más lindo, que son las tres unidades.

Ahora, habrá que descansar, recuperarse rápido para lo que viene, que es Argentino Juniors el próximo martes a las 21. 05. en La Paternal. No obstante, el desahogo ya se produjo, se cortó la serie de encuentros sin festejos, y el futuro se mira con optimismo y felicidad.

Síntesis:

Villa Dálmine: Kletnicki; Alsina, Coronel, Zamponi, Demaio; Ruíz, Recalde, Cisnero, Favalli; M. Alonso y Cérica. DT: Walter Marchesi. Suplentes: Otarola, A. Alonso, Formica y Palma.

Douglas: Perafán; Bazán, Gioda, Coria, González; López, Gallucci Otero, Rodríguez Rojas, Villalba; Grazzini; y Govea Tenorio. DT: Sergio Lippi. Suplentes: Di Fulvio, Azcárate, Cabral y Levato.

Cambios: Núñez, Figueira y Mazzocchi, por Cisnero, Demaio y M. Alonso (VD). Córdoba, Tamburelli y Cabello, por Grazzini, Govea Tenorio y Villalba (DH).

Amonestados: Cisnero y Kletnicki (VD). Gallucci Otero, Grazzini, Villalba, Bazán y Cabello (DH).

Gol: PT 44´ Govea Tenorio (DH).

Árbitro: Pablo Giménez, de Lomas de Zamora.

Cancha: Coliseo de Mitre y Puccini.

Agradecimiento: Hugo Marina. 

Sábado 22 de octubre de 2016, 08:59