Unión 0 - Sportivo Rivadavia 1

El equipo de Tosetto perdió el primer partido de local y el segundo en la actual temporada, en esta oportunidad, cayó en su propio reducto 1 a 0, ante Rivadavia de Venado Tuerto, pero más allá de la derrota, sufrió la lesión de Maximiliano Sola y las expulsiones de Carlos Merele y Patricio Escott.

Si uno analiza fríamente las situaciones de gol que lograron uno y otro, deberá ser consciente y sincero en decir que Unión “no mereció perder”, pero también deberá reconocer, primero, que pagó caro un error defensivo puntual y segundo que su rival trabajó muy bien defensivamente, apoyándose decididamente en la gran actuación de su arquero, Hernán Santacruz.

Desde el inicio del cotejo, Unión, fue propietario del balón y jugó metido en terreno de su rival, que por ese entonces solo atinaba a no desordenarse defensivamente, como para que su arquero no tenga mayores sobresaltos, algo que logró con creces, ya que los dueños de casa propusieron, insinuaron pero no tuvieron, demasiadas chances claras de gol.

Sobre la media hora de juego, la visita pierde por expulsión a su marcador lateral, Juan Lapietra por golpe desmedido a Soldano, algo que parecía insinuar que Unión comenzaría a marcar mayores diferencias aún, pero con mayor profundidad, algo que no aconteció sino hasta después del cierre de la etapa.

En el inicio del complemento, el dueño de casa tuvo actitud y convencimiento y tal vez sin poder gestar demasiado juego colectivo, con la aparición de algunas individualidades se fue sobre el arco de enfrente y comenzó a chocar con la gran actuación del arquero visitante.

En 15’ Solferino mete un toque de atención con un remate bajo que encontró la excelente respuesta del arquero Ocampo, y cinco minutos después tras un pase profundo, el propio Solferino volvió a insistir y ante la duda de los defensores de Unión, batió a Ocampo con remate cruzado.

Después, se vendría el tiempo de las expulsiones y el partido comenzaría a desvirtuarse, pero algo quedaba claro en la propuesta futbolística que mostraba decididamente a un equipo que atacaba: Unión, y otro que defendía: Rivadavia.

Tres tapadas claras de Santacruz, una pelota que saca Zadell de cabeza en la línea y un remate de Soldano que pega en el palo le niegan al dueño de casa quedarse con un punto que sin dudas mereció, pero que por los motivos expresados no pudo consolidar, ya que tras el pitazo del árbitro se quedó con sensaciones encontradas y las manos vacías.

Quedan en las posiciones 13 puntos por ahora inamovibles, un jugador lesionado, algunos golpeados y dos expulsados para afrontar el compromiso del próximo semana en San Jorge, pero más allá de que sobraron las situaciones de gol, lamentablemente no concretadas, quedó flotando en el aire la sensación de que todavía a este equipo tras 9 fechas jugadas, le falta un patrón de juego definido, un equilibrio generalizado en el funcionamiento colectivo y mayor eficacia a la hora de definir, cosas que quedan en el debe y el haber, de un equipo que dejó una entrega envidiable, pero no alcanzó.

Sunchales Hoy

Lunes 12 de noviembre de 2012, 09:38