Crucero del Norte 1-0 Sarmiento (Junín)
Ganó y punto. El 1-0 de Crucero frente a Sarmiento de Junín, por la 14ª fecha de la Primera B Nacional, urgía tanto como agua en el desierto. Y por eso se festejó como se festejó. Porque el gol de Gabriel Tomasini, con la ayuda de Pablo Vilchez, que la llegó a desviar, a pocos minutos del final, sirvió para cortar una racha adversa de dos derrotas seguidas, para volver a marcar goles, para complicar a un rival directo en la lucha por los promedios y para llegar motivado a los próximos partidos.
Pero en cuanto al juego, el Colectivero no dio pie con bola. Literalmente. Cuando intentó jugar por abajo equivocó reiteradamente los pases, y cuando buscó alguna variante por arriba, abusó de los pelotazos.
Lo destacado, como lo reconocieron los propios protagonistas, fue volver a sumar de a tres. Y en este sentido el apretado triunfo debe valorarse en su merecida medida.
El conjunto misionero, con la victoria, llegó a los 21 puntos, alcanzó a su rival de ayer y quedó a seis del líder Olimpo.
Flojo de principio a fin
En la primera parte Pey Brítez y Enzo Bruno fueron los únicos que intentaron darle el toque distintivo a cada maniobra ofensiva, pero no supieron aportar el vértigo necesario en el momento preciso, y así todo se le volvió más sencillo al fondo verde.
Sarmiento, que llegaba a Santa Inés con una racha de cuatro empates en serie, vino a buscar justamente eso. Ofreció lucha en el círculo central y no dejar espacios libres, conscientes de la capacidad para generar juego del local.
Evidentemente el trabajo de Sergio Lippi en la semana dio réditos. El visitante estudió los puntos altos del Colectivero y los neutralizó de la mejor manera. Clausuró los caminos del local y lo obligó a hacer un juego totalmente desconocido y fuera de sintonía.
Con poco, muy poco, sólo con la jerarquía y la tranquilidad que contagiaba Lucas Oviedo, el equipo juninense se las ingeniaba a la perfección para hacer su negocio en Santa Inés.
El pésimo primer tiempo llegó a su fin para alivio de todos. Ni una sola situación de gol, escasa capacidad para armar sociedades y mucho pum para arriba sin destinatarios por parte de los dos.
El trámite no cambió en el complemento. Dechat decidió no arriesgar y el punto, al menos para unos pocos, parecía importante.
El equipo mejoró levemente con el ingreso de Nievas Escobar por Marczuk (se retiró lesionado), porque Chmil se acopló mejor al medio y se adelantó unos metros, y también con la aparición de Fabricio Lenci, quien en los 30 minutos en los que estuvo en cancha demostró por qué debe ser titular.
El delantero que por primera vez fue al banco de suplentes en base a velocidad se autogeneró espacios y obligó al fondo visitante a tomar mayores recaudos. Y además, sobre los 36’, generó la infracción que derivó en la única emoción importante de la noche.
Polaquito Cabrera le dio con rosca y Gabriel Tomasini, en el primer palo, ajustó el cabezazo para descolocar a Ischuk (desvío mediante del ingresado Pablo Vilchez) y desatar la algarabía en Santa Inés.
Fue un gol totalmente inesperado. Tanto como festejado el triunfo. En su única situación a fondo, Crucero festejó de pelota parada.
Estaba claro que anoche no servía otra cosa que el triunfo. Los últimos golpes, el muy flojo nivel de juego y las constantes dudas sólo se alejarían con la victoria. Pero el árbol no debería tapar el bosque.
Mucho fútbol en pocos días
El partido entre Crucero y Boca Unidos, válido por la 15ª fecha de la B Nacional, se jugará el próximo sábado a las 21, mientras que el miércoles 21, pero a las 19, el Colectivero completará el partido pendiente frente a Rosario Central en el estadio Andrés Guacurarí.
Pero el trajín de partidos no finalizará ahí, ya que después de enfrentar a Huracán en Santa Inés, por la 16ª, visitaría a Banfield, por la 17ª, el viernes 30 de noviembre en Florencio Sola.
Por Gustavo Hollmann, Diario El Territorio
Lunes 12 de noviembre de 2012, 09:57