Central Córdoba 0-0 Talleres
El Ferro no pudo quebrar a Talleres en el Oeste
Central Córdoba igualó sin goles ante la “T” y sumó su segundo empate consecutivo. El domingo visita a Sportivo Belgrano en San Francisco.
Hay ruidos en la noche, es el Oeste pero no el lejano, no son tiros sino bombos, platillos y bombas. Hay fiesta porque juegan un choque imperdible Central Córdoba y Talleres de Córdoba.
No hay gente visitante pero los santiagueños armaron un marco de lujo. Se espera un partido emocionante con dos equipos que tratan bien la pelota.
Sin embargo los primeros 45 minutos dejaron a la vista otra cosa, con dos conjuntos sin poder adueñarse del medio campo, sin conseguir hacer rodar el balón por el piso sino haciéndolo volar de un lado al otro del campo de juego.
Encontrar situaciones de riesgo fue tarea difícil. Una para cada lado, la primera para los dueños de casa, en una pelota parada que en esos instantes presumía ser la única manera de encontrar la llave de las situaciones.
Un tiro de esquina, Saucedo que supera su marca y cabecea desde el corazón del área, solo; y el balón encuentra bien parado a Aguiar.
Para la visita, la mejor de la primera etapa. Un centro largo, Bottino que aparece solo por el costado derecho casi pisando el área chica; Caffarati vencido y Albornoz que en esos instantes se disfrazó de héroe, la sacó de la línea. Inexplicable porque era más sencillo que la meta en contra a que la saque.
Eso fue todo, a las duchas para aclarar las ideas y volver al fútbol que nos tienen acostumbrado.
El complemento tuvo 20 minutos bárbaros, con el “ferro” que mereció la victoria. Jugó mejor, dominó la pelota pero no acertó el arco y abuso de los disparos de media distancia.
Las mejores fueron dos tiros de Beraldi, que sacó con el puño casi sin sobresaltos el arquero visitante.
Y sin merecerlo, sin buscarlo por momentos, la “T” cordobesa una vez más se encontró con la mejor situación del juego.
Un centro bajo desde el costado derecho, Caffarati que duda con Vester, un rebote corto que deja la caprichosa servida para Olego, remate exquisito con un arquero vencido, Albornoz superado a pesar de estar parado en la línea; la gente que mira para otro lado y apareció el horizontal, travesaño pique y afuera.
La emoción de esos primeros 20 se agotó a la par de los jugadores. La noche se apagó despacio al igual que la ilusión de gritar un gol.
Central mereció más, la suerte no acompañó en ataque sino lo hubiese ganado pero si no la tenía en defensa lo perdía, por ests cosas que tiene el fútbol.
Fuente: somosdeporte.com
Jueves 31 de enero de 2013, 11:13
