Central Norte 0-2 Talleres (C)

Central Norte no pudo contra la inapelable efectividad de un Talleres B que vino a Salta a vender cara su derrota. Fue presa de su ansiedad y se le acabó el sueño del ascenso directo. Ahora lo espera la reválida.

Sería desmesurado, desacertado y prematuro calificar con el rótulo de fracaso el torneo de Central Norte, que ayer se convirtió en el único equipo salteño en quedarse afuera del endecagonal final por el ascenso directo, tras caer sin atenuantes con Talleres de Córdoba, por 2 a 0, ante un enmudecido estadio Martearena.
Sí fue un golpe de realidad, un amargo trago de decepción. Un porrazo muy fuerte y difícil de superar, como todo aquel que lo sufre cada vez que su ascenso es más elevado y cuando se proyecta volar muy alto.
Porque este cuervo que ayer dilapidó su última oportunidad de meterse entre los seis mejores del endecagonal había ascendido a la altura de las máximas consideraciones y arrancó lustrando una chapa de candidato sustentada con el brillo de sus refuerzos y su noción de equipo “en serio” en el inicio de la temporada.

El cuervo arrancó la tarde gris con los mejores augurios: Benítez levantó por los aires a Diego Magno a los 3' y el juez Espinosa no dudó en sentenciar el penal que Enzo Noir desaprovechó quemando los guantes de Aguiar. Esta situación marcó un punto de inflexión y modificó el curso del partido, porque luego el Talleres “alternativo” reaccionó y sorprendió casi de entrada con su juego atildado. A los 8' Alvarez vio adelantado a Maino y desde media cancha ensayó un remate que el uno terminó despejando casi sobre la línea. Y tres minutos más tarde, fue Velasco el que se anticipó en las alturas tras un centro perfecto de Francés para ganarle la posición a Fretes: 1 a 0.

La T se agrandó y fue por más, desplegando un muy buen fútbol. A partir de los 20 min llegó la reacción de Central, a su manera: con excesiva aceleración, extrañando a Oga y sin un jugador que ponga la pausa justa, con un concierto de yerros de Noir y con la ansiedad minando todo el terreno.

La receta no cambió en el complemento: Central era lucha y empuje, pero derrumbaba en los últimos metros aquel castillo que tanto le costó construir. Marró infinidad de situaciones y merecía el empate con creces, pero Talleres se defendía bien y a los 26' mandó el segundo golpe a los corazones azabaches con una contra letal que encabezó Francés y que culminó Alvarez, cuyo remate de emboquillada dio en el travesaño antes de ser aprovechado por Velasco para derrumbar de un plumazo la ilusión cuerva del ascenso directo.

Enzo Noir tuvo una tarde para el olvido
Tras la frustración consumada, un puñado de hinchas azabaches descargó su fastidio con Enzo Noir, muchas veces erigido como héroe y hoy colocado en el pedestal del villano, tras marrar el penal que hubiese cambiado la historia para el cuervo.
A los 4 minutos de iniciado el encuentro, el entrerriano envió un misil anunciado desde los doce pasos que se topó con los guantes amurallados de Diego Aguiar, el exarquero de Juventud que se erigió en la figura y en parte responsable de condenar al cuervo a la reválida.

Luego, llegaron los sucesivos yerros del atacante azabache, que se encontró en clara posición de gol en más de una oportunidad, pero el uno cordobés, la mala fortuna o su propio nerviosismo lo condenaron a una tarde para el olvido.
Luego, con el 0-2 prácticamente consumado llegaron los continuos reproches de algunos plateístas al delantero, quien se salió de las casillas y se trenzó en un duelo verbal con el minúsculo grupo de hinchas. Para colmo, la esposa del jugador, también apostada en la platea, defendió a su marido de los agravios generando una situación tensa, por lo que tuvo que retirarse escoltada por un policía. Luego del encuentro, Noir se retiró sin dar declaraciones.

El “karma” penales
Los penales son el verdadero karma de Central en las últimas definiciones. En mayo de 2011, Carlos Fretes marró el penal que privó al azabache del ascenso en aquella fatídica noche en el Gigante del Norte ante Guillermo Brown. Curiosamente, Arnaldo Sialle, hoy en Talleres, era el técnico del equipo de Madryn en aquella oportunidad. El DT, todo un verdugo para el cuervo.

Bajo la lupa
Mariano Maino (6): Apagó algunos incendios. Pero no pudo hacer mucho ante la implacable efectividad de Talleres.
Emanuel Martínez (5): A veces agarró la lanza, y en otras fue ciclotímico e intrascendente.
Tomás Armella (5): Fue parte del manojo de errores defensivos.
Carlos Fretes (4): Velasco se le anticipó en el salto en el primer gol y estuvo errático en la marca.
Javier Felipe (4): Su desempeño defensivo no fue el mejor hasta su reemplazo.
Mario Campos (6): Fue un termómetro de las ganas del equipo, pero no alcanzó.
Federico Chávez (5): No fue la muralla del medio que supo construir en otras oportunidades.
Diego Magno (6): Lo mejor de Central en ofensiva. Estuvo picante y encendido, fue artífice del penal pero se diluyó en el final.
Fabio Giménez (5): Corrió y metió, como todo Central, pero sin claridad ni peso ofensivo.
Germán Weiner (6): Generó y abasteció, pero también lo traicionó la ansiedad.

Enzo Noir (4): Todas las ocasiones pasaron por sus pies, pero no le salió una, incluso el penal que hubiese cambiado la historia.

Fuente: El Tribuno, Salta

Lunes 04 de marzo de 2013, 07:45