Norberto Beto Acosta: La ilusión está intacta
El técnico de Juventud habló del estado de ánimo que tiene el plantel para enfrentar el miércoles a Gimnasia y Esgrima de Mendoza. Con la tranquilidad que lo caracteriza, habló de todo y asegura que, tanto el cuerpo técnico como los jugadores, tienen “sed de revancha”.
Luciano Peralta
La final que perdió Juventud Unida en Resistencia no hizo mella en lo más mínimo en el entusiasmo de la gente. Aunque hubo tristezas, broncas, gritos ahogados… el apoyo incondicional de Gualeguaychú sigue intacto. Ese aliento, que se hace escuchar y mucho, llega a oídos de Norberto “Beto” Acosta ?hoy DT decano, pero ayer jugador de River y de Instituto de Córdoba, entre otros? y también del plantel. Una pasión que tiene la particularidad de transformar la amargura del pasado reciente en ilusión futura. El “Beto” es muy consciente de todo esto.
Una hora antes de comenzar el entrenamiento, baja del vestuario mate en mano. “Caliento el agua y voy”, avisa y no se hace esperar. Tranquilo, simple, directo, Acosta es una de esas personas que no anda con vueltas: un tipo sereno que transmite serenidad.
-Se te nota tranquilo, ¿cómo está el plantel?
-Estamos bien de ánimo. Hubiese sido un golpe distinto si en Chaco perdíamos por goleada; ahí si hubiese sido necesario hacer un planteo más profundo. Pero la situación, por suerte, es distinta, a los muchachos se los ve bien y tienen mucha sed de revancha.
-En lo futbolístico tenés algunas bajas…
-Si, tengo que hacer dos variantes obligadas por las expulsiones que tuvimos en la final (Erpen y Pereyra, ambos por doble amarilla). Ya estoy probando algunas cositas, pero nada que altere el sistema y la forma de jugar. Los cambios responden a nombres, nada más, porque las ideas son las mismas: manejar la pelota y siempre atacar por afuera para aprovechar a un goleador de área como “Juani” (Weissen) que siempre está atento para convertir.
-Aunque es difícil hacer un análisis táctico por la manera en la que se presentó el partido con Chaco For Ever, ¿esperabas lo que sucedió?
-No, para nada. La idea era manejar la pelota y controlar el partido un poquito más. Pero no hay planteo que resista análisis si el responsable de tomar las decisiones dentro de la cancha no te cobra ninguna falta a favor e inclina la cancha para el lado del local. Así es muy difícil… La presión es enorme: el árbitro nos fue metiendo adentro de nuestro propio arco por la cantidad de amarillas que revoleó; un detalle no menor ya que con tantos amonestados, sabíamos que al primer roce no iba a dudar en sacar la roja. Todas esas pequeñas circunstancias nos condicionaron. Pero ya fue, ahora tenemos que pensar que tenemos una nueva oportunidad y tratar de catalizar toda esa bronca, esa impotencia, en garra y corazón para lograr nuestro objetivo: ascender al Argentino A.
-Jugaste en River, en Instituto, fuera del país… ¿Alguna vez tuviste que sufrir un arbitraje como el de Toledo y su equipo?
-La verdad que no. Te puede pasar que te cobran mal una vez, dos, pero siempre… jamás. Fue alevoso, todo era a favor del local. Nosotros salimos a pelearla en el mediocampo para recuperar y generar alguna situación de peligro de contragolpe, pero no esperábamos quedar tan metidos atrás. Lo que sí les avisé a los muchachos antes del partido fue que se iban a dar cuenta enseguida si el árbitro nos iba a tirar a matar, que fue lo que luego sucedió.
-¿Tenías información sobre los arbitrajes polémicos y localistas de Toledo?
-Si, sabíamos de su forma de dirigir. En esta divisional nos conocemos todos. Antes del partido, un jugador del plantel recibió un mensaje desde Catamarca con sus antecedentes. Se los dije a los chicos antes de entrar: si notaban que pasaba algo raro, si amonestaban enseguida, si había muchas amarillas, era obvio que nos iba a querer diezmar y por eso debían estar más fríos que nunca para no cometer errores…
-¿Hablaste con Toledo en algún momento del partido?
-En una falta cerca del banco le dije que estaba siendo muy obvio. Me miró fijo y en ese segundo reflexioné y me calmé enseguida. No quería que me expulse, el año pasado me perdí la semifinal con Guaraní Antonio Franco porque me habían sacado la roja en Paraná. Después me arrepentí mucho. A mí me gusta estar adentro de la cancha; detrás del alambrado, lamentablemente, las indicaciones no llegan con la misma intensidad.
-¿Cómo fue el primer encuentro con el plantel después de lo que pasó en Chaco?
-Nos encontramos recién el martes después del partido y les dije que no quería hablar del tema. Seguramente todos lo habían charlado con alguien en la calle, en el almacén, con la familia o entre ellos mismos. Entonces no servía de nada volver a retroalimentar esa bronca interna. No perdimos futbolísticamente, fue por otros factores. Lo pasado ya había pasado y no lo íbamos a poder cambiar. Necesitaba hacerles ver que, gracias a Dios, después de todo lo que nos sucedió, tenemos una nueva chance el miércoles 10 de julio frente a Gimnasia y Esgrima de Mendoza.
-Si bien el fútbol no entiende de lógica, todo indica que el miércoles la cancha va a estar colmada como la última vez…
-Ojalá que sí, eso esperamos: el apoyo y el aliento de nuestra gente es vital. Los muchachos se jugaron todo en cada uno de los partidos; en la final, aguantamos con dos menos, con un montón de variables en contra, y esa forma de vivir el fútbol dentro de la cancha llega y cala hondo en los hinchas y, también, en aquellos que quieren ver en lo alto a un equipo de su ciudad. Creo que, igual que nosotros, todos están esperando esta revancha para cicatrizar la herida que nos dejó la final con Chaco For Ever.
-Entonces, frente a Gimnasia y Esgrima de Mendoza, es ganar o morir…
-Que a nadie le quepa la menor duda que así será. Y si pasamos, mantendremos la misma actitud. Lo importante hoy es pensar en el partido del miércoles, no sólo desde lo táctico y lo futbolístico, sino también desde lo humano. Este plantel es muy unido y, en todo este tiempo, se generó una comunión muy linda con el cuerpo técnico, basada en el respeto y en el trabajo en conjunto. Es un gran grupo y se merece el ascenso: la ilusión está intacta, tenemos una final el miércoles y vamos a dejar todo como siempre.
La charla con el “Beto” Acosta se extendió más de la cuenta. Entre mate y mate, y mientras los jugadores hacían los primeros movimientos físicos del entrenamiento, el DT no para de contar anécdotas sobre lo vivido en Resistencia. Sereno y medido, cada una de sus frases generan confianza, la misma que transmite al plantel.
A pocos días de jugarse una nueva instancia para seguir en carrera hacia el tan anhelado ascenso, el “Beto” maneja la ansiedad como un maestro zen: “Venimos afrontando partidos decisivos, verdaderas finales. Después del cachetazo que nos comimos en Formosa, tuvimos que ir a Las Parejas a jugar contra el equipo que lideró la zona durante todo el torneo y pudimos sortear el obstáculo. Después nos tocó perder con 9 de Julio en Gualeguaychú y lo dimos vuelta en la revancha. Así que ya estamos acostumbrados a esta clase de partidos: es ganar o ganar”.
Diario El Dia
Lunes 08 de julio de 2013, 14:32
sos una mentiraaaa