Entrevista a Domingo Pirelli - DT de Cipolletti
El deseo de Mingo: "Defender una identidad y jugar igual en todos lados"
Sueña con un equipo agresivo, que sea protagonista y logre la clasificación.
DIARIO RIO NEGRO
Después de 11 días, 27 entrenamientos y más de 40 horas de sudor, los jugadores de Cipolletti regresaron a la ciudad con las piernas cansadas y la inquietante sensación de que en Las Grutas se gestó un fenómeno que podría ser una bisagra en el fútbol albinegro.
Domingo Perilli también lo piensa, aunque se apega a la 'filosofía' de Mostaza Merlo y prefiere que hablen los hechos. Eso sí, el entrenador tiene un sueño: que su equipo vuelva a ser protagonista, que gane en agresividad ofensiva y que logre, mediante una identidad de juego, pararse de la misma forma en todas las canchas.
Nueve temporadas y pico transformaron a Perilli en un ser indiscutido para Cipolletti. Tanto, que muchos creen que su nombre y apellido trascienden al club. Los hinchas le rinden pleitesía, los jugadores le creen y los dirigentes lo respetan. Su presencia, la de Matías Urbano y varios factores más generaron una sensación, una vibración que hacía mucho no se sentía en el albinegro. Lo sabe, aunque también hace su juego: es cauto porque entiende mejor que nadie que en el fútbol las palabras pueden volver con la peligrosidad de un bumerán.
–¿Qué conclusiones arrojó la pretemporada?
–La verdad es que fue bárbara, estamos muy contentos con la predisposición de los jugadores. Nunca tuvimos grandes inconvenientes de disciplina en los planteles anteriores, pero creo que éste es de los mejores grupos. Completamos muchos entrenamientos, hicimos trabajos preventivos y logramos unión.
–¿Sorprendió algún jugador?
–Todos los juveniles me dejaron conforme. Siempre que los ves en tercera o en primera local te parece que son más débiles, flaquitos... Pero en el amistoso (0–2 ante un seleccionado de San Antonio Oeste) no se notó y creo que a mediano plazo utilizaremos a varios. Un grata impresión me dejó (Alexis) Villacorta.
–¿Puede ser titular ese chico, pensando en que Nicolás Alegría está suspendido?
–Sí, sobre todo porque Nahuel González creo que tiene cinco amarillas (aunque no sabemos si le pasaron la última). Igual, también nos gustaría que todos los chicos quemen las etapas que tienen que quemar.
–Hay un plantel de 14 jugadores de jerarquía más algunos jóvenes interesantes. ¿El peor enemigo puede ser las lesiones?
–Sí, por eso hacemos mucho hincapié en los trabajos preventivos. Lo hablamos con los jugadores, sabemos que somos pocos y que por eso tiene que haber cero negligencia. Las lesiones nos pueden complicar...
–Más con el césped sintético de La Visera.
–Lo sabemos y nos estamos preparando, con trabajos preventivos y también vamos a bajar la cantidad de entrenamientos que se basen en trabajos de rebote.
–¿Se le puede sacar ventaja a esa superficie?
–Puede tener cosas a favor, pero nosotros pensamos que para ganar los partidos hay que jugar bien siempre, en cualquier cancha. Y no es demagogia. Claro, si existe la chance de sacarle ventaja, obviamente la vamos a tomar.
–¿Este equipo va a jugar como los anteriores de Perilli o el hincha se encontrará con otra versión?
–Lo que tratamos de inculcarles a los jugadores ahora es que los trabajos de cobertura y basculación no son para replegarse, si no para ser agresivos en la recuperación. Deben entender que se puede hacer cobertura yendo para adelante, que cuando más lejos de nuestro arco recuperemos el balón, más chances de ganar vamos a tener. El equipo debe tener una idea y una forma de juego, defender una identidad e intentar jugar en todos lados igual.
–¿Este equipo te hace acordar a alguno de los anteriores?
–Siempre son diferentes. Creo que el actual es más rápido del de otras épocas, más que nada en la zona de volantes, donde hay mucha dinámica. Sí tenemos que trabajar mucho en lo defensivo porque se conocen poco los muchachos (Jara, Lamolla, Madrid y Alegría u otro).
–Los jugadores juran que sienten "buenas vibraciones". ¿Coincidís?
–A mí me pasa lo mismo. Eso lo genera la buena onda que hay en el grupo, las ganas de ganar, pero todas esas sensaciones después hay que meterlas adentro de la cancha cuando empiece el torneo. Es raro trabajar 11 días con un grupo sin tener un sólo inconveniente, porque a veces aparece la intolerancia, las peleas... Acá no sucedió y yo soy un convencido de que siempre es un plus tener buena gente. Todos sabemos que lo que hacemos es serio y responsable, y tenemos confianza porque estamos organizados. Ojalá que esa tranquilidad nos lleve a no pasar lo de los últimos años, que se terminaba mirando la tabla del descenso. Vamos a armar un equipo para que el hincha se identifique, dejar de lado el tema de la permanencia y ver si nos podemos meter entre los clasificados. (AC)
Martes 30 de julio de 2013, 15:37