EMPATE Y POBRE ESPECTÁCULO EN HURACÁN CORRIENTES
Un desmemoriado Boca Unidos y un deslucido Independiente, en cero
El Aurirrojo dejó de lado su habitual juego y abusó de pelotazos, y pese a que gran parte del partido lo jugó con un hombre de más, no pudo doblegar a un tibio elenco de Avellaneda. Buen marco de público en una noche gélida.
Diario La Republica de Corrrientes
La previa prometía demasiado. Porque uno dio señales de que sus intenciones de juego pasan por el buen trato del balón, y el otro, por portación de apellido, pese a estar en ascenso, debe dar mucho en el terreno de juego.
Lo cierto es que todo quedó en promesas. Boca Unidos e Independiente igualaron anoche sin abrir el marcador en el cierre de la segunda fecha del torneo de la B Nacional. Y la decepción fue importante para el buen marco de público que llegó al estadio de Huracán Corrientes, entre socios “habituales”, “nuevos” y los “neutrales”, que dejaron pocos huecos en el reducto del barrio Berón de Astrada pese a las bajas temperaturas.
Así el colorido fue el protagonista, porque, en materia futbolística, ambos quedaron en el debe.
En el inicio del juego fue el local el que mostró mejores intenciones, y comenzó dando señales de que sus sociedades creativas podían tener una buena noche. A los 5 minutos Lucas Oviedo, anoche haciendo las veces de volante por la derecha, descargó un buen balón a Santiago Raymonda por la banda para que éste mandara un centro a media altura que, por muy poco, Gonzalo Ríos no conectó.
Era comienzo promisorio para el elenco de la Ribera, que sostuvo su idea haciendo pasar la pelota en forma constante por sus creativos, Oviedo y Raymonda.
Justamente, el primero recibió una descarga de Alan Pérez por la banda, para que el ex-Sarmiento de Junín volviera a mandar la pelota al área de Independiente que primero sobró a Ríos y luego encontró a Guillermo Israilevich, que sacó un remate a media altura que se fue cerca del palo izquierdo del arquero Fabián Assmann.
Hasta allí el protagonismo era de uno, mientras que el otro, el Rojo, no podía hilvanar jugada alguna para inquietar a José Luis Martínez Gullotta. Tal era el desconcierto entre los de Miguel Ángel Brindisi, que en el minuto 22, Rinaldo Alderete vio la tarjeta roja de parte del juez Pablo Díaz, por un fuerte codazo sobre Ríos.
Boca Unidos ganaba en el terreno, era dueño de la pelota y de las chances, y como si algo le falta quedaba con ventaja numérica sobre su rival. Pero tanto “beneficio” pasó a ser contraproducente, porque el conjunto de Claudio Úbeda se fue desdibujando en forma paulatina, e incluso le cedió la pelota y los espacios a un Independiente que a esta altura, y con muy poco juego, llevaba peligro.
A los 31 minutos, fue Francisco Pizzini el que avisó con un remate cruzado que dio en el palo izquierdo de Martínez Gullotta, que solo siguió con la mirada; y casi en forma inmediata un córner desde la izquierda de Federico Mancuello encontró en soledad a Daniel Montenegro, que cabeceó bajo y encontró una muy buena reacción del 1 de Boca Unidos.
La primera parte se fue, y con ella quedaron las sensaciones de que el que podía, no hacía y el que debía, hacía poco.
El complemento comenzó como finalizó la etapa inicial, sin juego ni de uno ni de otro. A los 15 min, Úbeda buscó peso en ataque y comenzó a reorganizar piezas mandando a la cancha a Cristian Núñez. Con el Negro, el local se olvidó totalmente de jugar y abusó de los pelotazos frontales al área rival.
Sin Raymonda en la cancha, un Oviedo agotado por el trajín de la parte inicial por la banda derecha tomó las riendas del Aurirrojo, pero no hubo conexión ni con los volantes ni con el propio Núñez aislado entres los centrales de la defensa roja.
Boca Unidos se repitió así una y otra vez en largos envíos y limitó sus mejores oportunidades a algún arranque de Israilevich. Anulados totalmente estuvieron los laterales, porque ni Pérez por derecha ni Leonardo Baroni dieron anoche sus aportes en ofensiva.
Sin ideas, el partido fue monótono e intrascendente en las áreas, pese a que por el lado de Boca Unidos se siguió sumando al ataque cuando el Sifón mandó a la cancha a Raúl Estévez. La “explosión” habitual del Pipa se vio en forma aislada y poco pudo aportar a un chato partido.
Así se fue el cotejo más esperado de esta temporada que recién da sus primeros pasos, se diluyó en promesas y dejó insatisfechos a poco más de siete mil personas.
Para Boca Unidos será el momento de hacer borrón y cuenta nueva, porque en lo inmediato deberá visitar el difícil reducto de Florencio Varela, donde lo espera nada más y nada menos que el líder del torneo, Defensa y Justicia.
De cara al juego ante el Halcón, Úbeda tendrá menos de 72 horas para trabajar y recuperar a sus dirigidos, ya que el domingo desde las 15.30 deberá saltar a la cancha por la tercera fecha.
Por el lado de Independiente, la cuestión parece más urgente, porque sobre seis puntos que disputó solo sumó uno, y su regreso a la Primera División parece lejano aún, para un equipo que no ofrece demasiado cada vez que salta al reducto de juego.
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