Douglas Haig 1 - 0 Brown (AdroguE)

Para que un empate laborioso de visitante sirva, hay que revalidarlo con un triunfo en casa. Y esa ecuación salió a la perfección en Douglas, que el domingo pasado igualó ante Unión en Santa Fe, y en éste, con su gente y la cancha a favor, se quedó con los tres puntos frente a Brown de Adrogué.

 

Más allá del resultado, el análisis del cotejo no es tan positivo como sí lo fue la división de las unidades. Es que el rojinegro volvió a padecer las mismas vicisitudes de jornadas anteriores, sobre todo en el Miguel Morales, que presentó igual o peor estado en su terreno que en los choques con Instituto y Patronato.

 

Porque este “Milan de Pergamino” puede ganar, empatar o perder, pero lo que sí es prácticamente un hecho, es saber de antemano que no va a jugar bien, o al menos dar una serie de pases seguidos e hilvanados entre compañeros.

 

El match con los de “Don Ramón” Vicó-salió tarde de los vestuarios y lo debió mirar de la tribuna-, no fue la excepción. Si bien Reinaldo Merlo optó por jugadores con más vocación de lucha que de juego-se decidió por Marcolongo antes que Orfano en la previa-, el traslado de la bocha fue un dolor de cabeza para los propios players, sobre todo para aquellos que pregonan el pase limpio, o la gambeta en velocidad, como Cisterna, Jaime, o Mazza, por citar algunos ejemplos.

 

Del otro lado, el Tricolor fue paciente. Carente de sus limitaciones, nunca se desesperó, y jamás intentó salirse de su libreto. Con varias bajas sobre el inicio-Barbosa y Sánchez-, el cuerpo técnico debió modificar de nombres y puestos la última línea, aunque esto no fue impedimento para respetar su filosofía.

 

Los del Gran Buenos Aires apostaron al criterio de sus volantes externos, Fabro y Lemmo, más la movilidad y exigencia que propusieron sus delanteros, Grecco y Caggiano, que fue titular porque Guerreiro se lesionó en la práctica del sábado.

 

El “Milan de Pergamino” se fue alimentando de fastidio e impotencia con el correr de los minutos, al querer progresar en el rectángulo, y ver frustrada cada posibilidad de manejar el balón, y así se contagió de a poco del nerviosismo lógico de la gente afuera.

 

Aunque parezca exagerado, la primera mitad no contó con absolutamente ninguna ocasión de peligro en los dos arcos, y sólo quedó como saldo para rescatar, la tonta expulsión de Maidana, que le propinó un golpe sin pelota a Jaime, por eso el árbitro, Héctor Paletta, lo mandó a las duchas.

 

El segundo período arrancó de otra forma. Merlo hizo en el entretiempo el cambio que pensó en la semana, y dio marcha atrás en la charla técnica: el de Orfano por Marcolongo en la derecha del mediocampo, para que el “Guasón” imprima vértigo y velocidad desde ese sector.

 

Y la historia pareció trastocarse, sobre todo por lo mostrado en los instantes iniciales. Sin hilvanar un ritmo vistoso, ni llevarse por encima al adversario, pero con enjundia y vergüenza deportiva, el team pergaminense fue un vendaval desde las situaciones, ya que en un breve lapso generó 4 opciones nítidas, que hicieron transformar el arquero, Giordano, en la gran figura del partido.

 

A los 6´ Gioda se impuso en las alturas, y la redonda fue rechazada por el golero, y en el rebote, otra vez la “Torre de Pérez” le dio con alma y vida, pero el 1 la mandó al tiro de esquina. Y en la siguiente, Mazza habilitó a Cuevas, que definió abajo, y una vez más el ex Deportivo Merlo la envió al córner.

 

El corazón del dueño de casa hizo cambiar de parecer al “Bigotón”, que dejó el lirismo de lado, y colocó a Ruíz Díaz, un mediocampista defensivo, en reemplazado de Caggiano, para aguantar los embates de los locales. Mientras que “Mostaza” mandó al campo a Aubone, en lugar de Cisterna, para otorgar mayor agresividad.

 

No obstante, la irrupción del zurdo sanjuanino aquietó las aguas, porque sorpresivamente el ex coach de River y Racing, lo hizo arrancar desde la derecha, en tanto que Orfano fue al lado opuesto, y así regresó la monotonía conocida.

 

Fulminado Grecco en la visita, el juvenil García lo suplió para correr a toda la defensa enemiga, y además tratar de aguantar algún esférico lejos de área, tarea que se fue transformando en una utopía, ya que Ponce llevó a los suyos para adelante, García Basso se adelantó-a los 29´ le dio de derecha y Giordano la sacó con mano cambiada al córner-, Mazza rotó, y Orfano se animó más por la izquierda.

 

Y entre tanto meter, y trabar, llegó el gol. A los 36´, Aubone salió favorecido por una bola dividida fuera del área, y sin pararla le dio con comba precisa para clavarla abajo contra el caño derecho del guardameta, que se estiró pero no llegó. 1 a 0 y algarabía total.

 

Los entrenadores movieron el banco. Merlo puso a Passaglia por Mazza para dormir las acciones, y Vicó a Miranda, otra punta, para jugarse la heroica e ir por la paridad, que no llegó porque en el descuento, Soto-fue aplaudido por los hinchas- recibió la segunda amarilla, y se fue a las duchas.

 

Así se fue la contienda. Douglas ganó, sin luces ni brillo, pero eso será menester para otra oportunidad. Lo importante es que se retornó a la senda victoriosa, y así los errores se corrigen con otra cara.

 

 

Síntesis:

 

Douglas: Álvarez; Serrano, Gioda, Quintana García Basso; Marcolongo, Jaime, Ponce, Cisterna; Mazza y Cuevas. DT: Reinaldo Merlo. Suplentes: Olivero, Senegalles, Romero, y Defrancesco.

 

Brown A: Giordano; Soto, Esteban, Aguimcer, Echeverría; Fabro, Maidana, Pereyra, Lemmo; Grecco y Caggiano. DT: Pablo Vicó. Suplentes: Burtovoy, Sproat, Ríos, y Yasky.

 

Cambios: Orfano, Aubone, y Passaglia, por Marcolongo, Cisterna, y Mazza (DH). Ruíz Díaz, García, y Miranda, por Caggiano, Grecco, y Echeverría (B).

 

Amonestados: Orfano (DH). Echeverría, y Pereyra (B).

 

Expulsados: PT  38´Maidana (B), ST 45´ Soto (B).

 

Gol: ST 36´ Aubone (DH).

 

Árbitro: Héctor Paletta, de Longchamps.

 

Cancha: Miguel Morales.