Inédito en el fútbol actual, el Juve y el Verde jugaron con las dos parcialidades y al final no se lamentaron incidentes. El visitante, con gol de Nicolás Gatto se quedó con alegría y con su tercer triunfo en el campeonato.
Nota: Catalina Ysaguirre - http://agenciasanluis.com/
Fotos: Marcelo Lacerda.
La pasión quedó adentro de la cancha y el fútbol puntano terminó celebrado el comportamiento de los hinchas afuera. Pusieron el color y el aliento, y demostraron que sí se puede, al menos en San Luis, jugar sin tener que excluir por miedo a la violencia.
En medio de ese marco folclórico, Estudiantes se quedó con el clásico más grande de la provincia: le ganó 1 a0 a Juventud y ahora los dos comparten la misma posición en la tabla con 12 puntos.
Es cierto que el verde sumó 3 puntos valiosos que le permiten pelear entre los primeros del campeonato, pero también fue una inyección anímica para el plantel que llegó a la Punta como visitante y en medio de la lucha por acomodarse en la categoría que lo tiene como debutante.
“Los clásicos se ganan”, fue la frase hecha que se escuchó durante toda la semana. El Verde lo consiguió y también hizo méritos. Con un gran gol de Nicolás Gatto a los 40 del primer tiempo (antes el árbitro en una discutida jugada anuló uno de cabeza a Carlos Llamos a los 19) avisó que podía encontrarle la vuelta a Juventud y cerrarle los caminos para que no consiguiera el empate en los segundos 45 minutos. Gatto estaba “afilado”. Encaró por el costado derecho y no perdonó: se encargó de convertir en gol lo que podría haber sido un centro, como tal vez se imaginó Laureano Tombolini. El estadio estalló y el goleador le agradeció al cielo.
El visitante se fue al vestuario con la sensación de que merecía estar ganando por más; y Juventud a ordenar las ideas para equiparar el resultado parcial. Por eso el equipo de Darío Tempesta insistió con las pelotas paradas y las jugadas ensayadas, donde solo le faltó suerte, porque varias fueron muy claras.
Fue un partido peleado que tuvo al árbitro como el gran cuestionado de la tarde. Un fútbol que estuvo a la altura de las circunstancias y que los hinchas se dieron el lujo de disfrutar por primera vez en un estadio que ofrece todas las comodidades.
Cuando faltaban 25 minutos para el final, el árbitro expulsó a Gatto por doble amarilla. El goleador, a quien se le estaba dando todo en la tarde para ser la figura, se fue aplaudido y tal vez como nunca antes la gente lo despidió coreando su nombre.
En Estudiantes, la lesión de Emmanuel Céliz precipitó el ingreso de Mario Vallejo; y más tarde lo hicieron Daniel Quiroga por Daniel Garro y Gabriel Roth por Roberto Moreira Aldana. Mientras que Juventud usó como variantes del complemento a Mauro Aguirre, Patricio Landagarza y Wilians Peralta, por Nicolás Inostroza, Leonardo Garrido y Marcos Fernández.
La pérdida del jugador comprometió el juego de Estudiantes y favoreció muchos contragolpes de Juventud, que nunca desistió y que tuvo todo para empatarlo. Pero Estudiantes defendió en la última línea, con todo y como pudo. Los minutos finales fueron para el infarto Verde porque todos, inclusive el arquero Laureano Tombolini buscó el gol de cabeza que no pudo ser.