Copa Argentina Atl. Laguna Blanca Textil Mandiyú

Qué difícil es explicar a este Textil Mandiyú, máxime cuando con los mismos protagonistas que ayer el técnico puso en cancha, venía de conseguir una goleada cómoda en Goya. Y no caben las justificaciones cuando se pueda mirar que el domingo se le ganó a un equipo que está último en el Argentino B, porque ayer se perdió ante quien ocupa el anteúltimo lugar en la tabla del grupo 9 del mismo certamen federal.

El de Textil Mandiyú de hoy está signado por la irregularidad, puede tener picos como el que expuso ante Central Goya, para caer en baches como el que se vio ayer frente a Atlético Laguna Blanca.

Ante los dos rivales, Textil Mandiyú puso desde el vamos a los mismos once, lo que hace que cueste más encontrar la explicación a estas variaciones, porque no puede cambiar tanto un equipo en 72 horas, que fueron las que transcurrieron de un partido a otro.

Y si esto no tiene una explicación lógica, menos la tiene el hecho de presentar la misma alineación en un partido y otro, máxime cuando se habla de que el objetivo es el ascenso al Argentino A, lo que llevaría a pensar que la Copa Argentina tiene que servir para darle minutos a aquellos jugadores que menos lo tienen en el Argentino B. 

Pero esta decisión de poner los mismos ayer, que venían de jugar en una calurosa tarde goyana, terminó pasando factura en muchos de ellos, y allí puede estar la explicación a este derrota. El primero en sentir la exigencia física fue Nicolás Ledesma, quien se retiró a los 7 minutos de juego con una molestia en el aductor; luego se lo vio a Esteban Valenzuela jugando gran parte del segundo tiempo parado y sin poder correr; en la misma situación casi estaban Claudio Santa Cruz y Aldo Araujo, padeciendo una exigencia física innecesaria, máxime cuando el objetivo es el ascenso y se viene Atlético Paraná el próximo domingo, un rival que también apuesta a dar el salto de categoría.

“La responsabilidad es mía”, dijo el entrenador chaqueño en declaraciones post partido, de eso no caben dudas, es él quien arma el equipo y por ende es el responsable, pero es la misma persona que dijo cuando arrancó este proceso que el objetivo era ascender, y por eso cuesta entender esto de querer jugar con los mismos hombres un torneo y otro.

Acá no debería ser una cuestión de caprichos, sino más bien de inteligencia, y tampoco cabe el hecho de no disponer de otros valores a la hora de armar el equipo.

Esta determinación lo llevó a la eliminación de la Copa Argentina a Textil Mandiyú y a tener que esperar a los entrerrianos con un plantel sobreexigido. Se corrió un riesgo innecesario.

Ayer Textil Mandiyú enfrentó a un rival que tiene un técnico interino como Juan Rivero, que vino a suplir la ida de Raúl Chaparro por malos resultados, pero el equipo del interior formoseño, al margen de la pobre campaña que viene cumpliendo en el Argentino B, festejó este triunfo.