Atl.Tucuman 3 Ferro C. Oeste 0
El paso lento y cansino de la señora revela algo de dolor a cada paso. "Al fin ganamos", decía mientras su vida feliz transcurría en slow motion. Haber llegado hasta el "José Fierro", para esta NN debe haber sido un triunfo; y si a eso le agrega como frutilla del postre el 3-0 del equipo de sus amores, por su barrio, seguro hubo cambalache. Atlético volvió a regalar alegrías, a la anciana y al resto de sus seguidores, porque cortó un maleficio casi eterno de 13 partidos sin sumar de a tres y lo hizo imponiéndose a un adversario que padeció errores tan garrafales como los que acostumbraba a gastar antes el "decano".
La efectividad fue uno de los mejores aliados del anfitrión. Rodríguez, el mejor cantante de Simoca, estuvo con la garganta bañada en miel. Voló Luis Miguel al punto de abrir rápido el partido con una bomba salvada por Carranza y el ángulo, que luego durmió en la red en segunda opción. Ladino y Cobelli, a quien el grito sagrado le sigue amagando cual torero, invirtieron varias de sus rupias en la previa al 1-0. El lateral buscó al rubio; "Juanma" inquietó a Martínez, que despejó cortó, y después liberó el espacio aéreo a la danza de Rodríguez.
Habiendo dejado el lastre de un pasado pesado, el "decano" intentó jugar a lo "RR". Por momentos le salió; incluso hasta abusó del toque de salón y el buen pie, aunque la estocada se hizo desear.
Lo peligroso de esta historia fue cada vez que alguien perdió la pelota en donde no debía. Le pasó a "Pulguita" en un tiro libre. Lo desperdició y Pereyra Díaz armó un bolonki, pero Amoroso estrelló el balón en el travesaño. Otro tema fue Ballini, el sabueso que se quedó sin hueso. La pasó mal. Perdió muchísimo. Entonces, y tras otra de Cobelli (lo amargó el 1), "Pulguita" volvió a hacer de las suyas, pero en el complemento, justo cuando la cosa parecía complicarse. Córner de Bustamante, Carranza salió a cazar mariposas, perdió el balón y se lo sirvió a Luis, que no perdonó. Y cuando restaba aguardar el pitazo final, Collavini selló el 3-0 del desahogo de todo un pueblo que por fin parece haber pisado el pasado.
LA GACETA
Ladino, el mejor de los refuerzos
Tuvo un gran primer tiempo y se complementó con Collavini, autor del 3-0
En la planilla que Fernando Rapallini se tomó el trabajo de llevar, seguramente no figurarán sus constantes desbordes o su seguridad para salir desde el fondo. Sin embargo, quedó anotado el gol de Leandro Collavini, que estuvo poco en la cancha pero dejó su marca. Igualmente, el análisis de las incorporaciones que finalmente pudieron disfrutar los hinchas "decanos" deberá ser más amplio.
La actuación de Santiago Ladino dejó muy bien parada a la banda derecha del equipo de Ricardo Rodríguez. El ex Vélez y Banfield pudo trepar hasta más arriba de lo que por momentos lo hizo César Montiglio. En una, el lateral mandó el centro que supo luchar Juan Manuel Cobelli y que derivó en el primer gol de Luis Rodríguez.
Y ya que mencionamos a Cobelli, su labor puede analizarse desde diferentes puntos de vista. ¿Las luchó a todas? Sí. ¿Corrió de aquí para allá? También. Sin embargo, tuvo pocas chances claras y en una de ellas (previo al tercer gol) demoró en patear. También tuvo el cabezazo a los 45', aunque el arquero se lo negó. El público tomó lo primero y reconoció su esfuerzo con aplausos. Sus goles también serán bienvenidos, claro.
Justamente ese tercer gol fue una redención para Collavini: el volante por derecha tuvo el 2-0 en sus pies: solo frente al arco y con la pelota picando la mandó a la tribuna. En igual escenario, a los 93', esta vez se acomodó y definió a un palo. Aquellas dos fueron sus intervenciones más salientes.Gonzalo Bustamante intentó tener los hilos de la ofensiva y lo logró sólo por momentos. Su nivel ya no es el del primer clásico pero para ser lo suficientemente influyente en el grupo deberá mejorar. Varios de sus pases no llegaron a destino, aunque pudo verse algo de su talento.
Más atrás, Matías Ballini estuvo impreciso en la mayoría de sus entregas. Podría decirse que fue el más flojo de los refuerzos, ya que en una zona como la del centro, no pudo imponer su presencia.
En la defensa, Francisco Dutari debió saltar al campo antes de tiempo y sufrir los mismos sobresaltos que el resto de la defensa. Esos sobresaltos no pasaron de eso por la mala puntería de los de Ferro, que exigieron una sola vez a Cristian Lucchetti, de buena tarea, a través de Jorge Pereyra Díaz, en el primer tiempo.
LA GACETA
Lunes 20 de agosto de 2012, 10:34