Será, posiblemente, un domingo como tantos otros domingos. Durante 2013, un millón 200 mil turistas se dieron una vuelta por las Cataratas, por el Parque Nacional Iguazú. Y este domingo, como tantos otros domingos, no será la excepción, será día de visita. El Weather Channel, a pesar del 40% de probabilidades de lluvia y el 75% de humedad, anuncia una jornada de 33° a eso de las 17 cuando –mientras miles sacan fotos y se pierden en onerosas e inolvidables excursiones- un puñadito de oriundos se pegue una vuelta por el estadio de la Liga, sobre la Avenida Victoria Aguirre, para vivir una jornada de fútbol, fútbol del bueno (o hasta donde se pueda considerar bueno), por los puntos, por la Segunda Fase del Torneo del Interior (clasificatoria para la Copa Argentina 2015 y, quién te dice, para la Libertadores 2016), el TDI, más conocido como Argentino C, donde cada error se paga en la ruta a cada uno de los 30 ascensos al Argentino B. En Posadas, capital misionera, la tierra colorada no se pega a la piel por 8 de Mayo, casi un ilustre desconocido entre tanto campañón de Crucero del Norte (a tres puntos del tridente rumbo a la A) y Guaraní Antonio Franco (candidato en el Nonagonal camino a la B Nacional). A 304 kilómetros de la capital provincial, y a 1.350 de Buenos Aires, el equipo Policial intentará este domingo hacer historia a la hora que el entretenimiento manda. En Puerto Iguazú, se insiste, en el Nordeste argento, el costado más pobretón de la Triple Frontera (entre un Paraguay que tiene en Primera al Tres de Febrero de Ciudad del Este y un Foz de Iguazú, Brasil, con dos equipos profesionales de Futsal con un presupuesto de unos dos millones de pesos anuales), 11 laburantes saldrán al campo frente a Huracán de Montecarlo en busca del batacazo. Por un rato, 90 minutos más descuento, 11 trabajadores pondrán su mente en una pelota y se olvidarán de que están a 20 km de una de las Siete Maravillas naturales del mundo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. De sus 275 saltos de hasta 70 metros de altura, de la Garganta del Diablo, de ese Parque con más de 400 especies de aves, 2.000 vegetales, repleto de yaguaretés, monos, yacarés, serpientes, coatíes… En fin, 11 pibes (y no tanto) intentarán jugar al fútbol. Una catarata de buen fútbol. Y salpicar a una región entera. Todavía de siesta cuando de la n°5 se trata…

Entró por la ventana 8 de Mayo, uno de los 240 sobrevivientes en el TDI. Fue segundo en un triangular, el de la Zona 99, donde se clasificó con un triunfo, un empate, dos derrotas, siete goles en contra y dos a favor, los de Facundo Leones Rabe, un cordobés del barrio Newbery, que hizo Inferiores en Instituto y pasó por Deportivo Lasallano (de donde salió Claudio Riaño, ahora en Boca) y Las Palmas antes de acercarse hasta Iguazú y ser recepcionista del hotel Lodge Tierra Guaraní mientras acaba el Secundario para intentar ser profe de educación física. Y a su vez, claro, porque el fútbol es hobby, supo también poner la cabeza para convertir el 1-0 ante Nacional de Puerto Piray y –como se dijo- ganarse un mano a mano contra el Huracán de Montecarlo, el mejor del Grupo 100 del torneo. Su hermano Emanuel (periodista de YTV Canal 28, IguazuDeportes.com y FM Radio Iguazú 99.9) no dudó en explicarle a Oléde qué se trata el asunto. “Es complicado. Todos trabajan. Este equipo fue campeón el año pasado sin entrenar, juntándose un rato antes de los partidos. El arquero titular, que también es hotelero, se perdió los primeros partidos porque coincidían con la temporada alta. Hugo Rojas trabaja en Migraciones, Maycon Moreyra Andrade es patovica de Cuba Libre, un boliche local. Y hasta el técnico, Juan el Yaca Vázquez, trabaja en el Casino. Hay chicos de Prefectura, pintores, albañiles, desempleados. Y nadie cobra”, asegura el periodista. A ellos, igualmente, en vivo nadie los transmite. Salvo que se puedan escuchar las radios que siguen a los visitantes… Con suerte, los colegas de Iguazú Sports tuitean y publican en Facebook a más no poder para informar lo más on line posible lo que acontece pero “el viejito de la radio va a tener que esperar hasta el otro día para saber si 8 de Mayo ganó…”, agrega Leones. Igual, son pocos, entre los 85.000 habitantes de Iguazú, los interesados en la fortuna de su representante. En la región, el dinero va y viene aunque los sponsors grossos, apenas si aparecen. Los salva la Liga…

Ni sede social tiene 8 de Mayo. Mucho menos, estadio propio. Todos los partidos, todos, se juegan, como se dijo, en el estadio de la Liga, una cancha humilde, con capacidad para unos 3.000 espectadores, que se levantó con la llegada de la Democracia gracias a la insistencia de Gilberto Martínez, un dirigente radical que peleó hasta que Iguazú tenga una cancha digna y que se ganó un nombre sobre la tribuna principal del predio. El equipo del Yaca sale al campo con una camiseta rústica, publicitada por Idolos, un negocio de merchandising de los clubes de AFA, y gracias por todo… “Es una Liga atípica. Sus locales comerciales aportan un dinero para el pago de los árbitros y algunos otros gastos, como el médico, la ambulancia. La Liga apoya la participación de sus clubes en el Torneo del Interior, porque salvo escasas excepciones privadas… La mayoría no colabora. Te dan muchas vueltas. Encima los equipos más populares de la ciudad son Galaxia, Casino y Villa Nueva. Todo cuesta. El nivel del fútbol es bajo. Un día se entrenan cinco, otro diez, otro 15, se juntan 20… Si les dan permiso a todos…”, se lamenta haciendo una pintura correctísima de la situación Marcelo Franco, jefe de prensa y difusión de la Liga Regional de Fútbol de Iguazú, en diálogo con este diario.

El nombre del conjunto de Iguazú, último campeón local, no resulta antojadizo. Se llama 8 de Mayo porque el 8 de Mayo es el día provincial de la Policía. Y sus impulsores, allá a principios de los ’80, eran de la fuerza “Yo trabajaba ahí. Esto era un pueblito chiquito hace 30, 35 años. Fui jugador en sus comienzos y hoy soy el presidente. Aunque el primero fue Eusebio Rojas, un civil. Nuestra primera camiseta era como la de Los Pumas. Y después nos fuimos quedando con una de color azul. Una casualidad con nuestros orígenes”, le cuenta el ex Comisario Retirado Juan José Vera a Olé, otro que se desvive por el club en un campeonato que, para los que menos tienen, sólo significa un gran dolor de cabeza. “Acá hay un solo terreno para diez clubes. Te vas ‘enfrente’ y tenés de todo”, grafica en relación a lo que sucede en territorios vecinos, en Brasil y Paraguay. “Nos embarcamos en una experiencia única con una dirigencia joven. Todo a pulmón. Jugamos el Provincial pero no es lo mismo: este es un torneo de AFA. La ciudad es atípica. Conseguir algo es difícil, más cuando no estás acostumbrado a pedir, La gente que viene es gaucha, serán 100, 150 por partido. Espero que ahora, en esta instancia, sean más. Dependemos del público para terminar de solventar los gastos, y eso que los muchachos no nos piden ni para un botín. Para darte una idea, yo mismo lavo las camisetas para no gastar ni un centavo. Estamos construyendo una casita, el club, y nuestros socios son mínimos. El pago a los referís, por ejemplo, es de unos 3.000 pesos... ¿Qué pasaría si nos metemos en el Argentino B? Uhh. No te lo podría contestar. Primero habría que eliminar a Huracán, con el que nos conocemos mucho. Si pasamos de ronda podríamos ir a jugar a Posadas, y no te imaginás lo que significaría para nosotros. Posadas… Pero es muy complicado. Igual, dejame soñar…”, cierra Vera, esperanzado. Buscando la gloria.

Alguna vez, allá por 1991, Galaxia se cruzó con Chicago por el Zonal Noreste, clasificatorio para el viejo Nacional B. En el estadio de la Liga, el partido se suspendió por una agresión al línea Alberto Fioravanti sobre el final del primer tiempo y los puntos quedaron para los de Mataderos, que en la República derrotaron 2-0 (goles de Carlos Fernández y Leiga) a los misioneros para dejarlos atrás. En el recuerdo. Fue el hito del fútbol de Iguazú de toda su vida. Salvando las distancias, 8 de Mayo va por más. Así que si este domingo, que será como otros tantos domingos, te das una vueltita por la cancha de la avenida Victoria Aguirre, sacá 30 manguitos del bolsillo (20 si sos dama o jubilado), pagate la entrada y andá a apoyar a la gurisada. Son dos horitas de tu tiempo. Para meterte en el Parque Nacional tenés el resto de los 365 días del año, de 8 a 18. A lo mejor, tenés suerte y ves, en 90 minutos, una Catarata de buen fútbol, ¿no?

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