San Martin de El Bañado: El descargo chacarero
Foto: El descargo chacarero
La Liga Chacarera de Fútbol lamenta profundamente los inconvenientes padecidos por la terna arbitral, quienes manifestaron a la policía haber sido asaltados o robados (sic), antes de llegar al estadio Primo Prevedello en momentos que debía disputarse el encuentro de vuelta por las semifinales del Torneo del Interior, entre nuestro afiliado Club San Martín de El Bañado y el elenco de la provincia de La Rioja, Américo Tesorieri.
Al respeto debemos aclarar que nuestra Liga junto al club San Martín, realizó todos los pasos previos y necesarios para el normal desarrollo del partido, con el campo de juego en condiciones, seguridad exigida para garantizar el encuentro en tiempo y forma, se dio lugar a lo propuesto por el Coprosede para no jugar con público visitante a pesar del daño económico, pero resguardando la integridad de los protagonistas ante cualquier inconveniente, y lo que administrativamente corresponde todo en normalidad absoluta, con ambos planteles en el estadio y sin ningún problema.
Lo llamativo para dirigentes, jugadores, público en general, fue la actitud de la terna arbitral, quienes llegaron al estadio sin esperar ser buscados como históricamente se realiza, a través del dirigente Segundo Artero, y sin manifestar nada o presentarse ante las autoridades de la Liga (...).
Asombrados vimos también cómo la policía les manifestaba a los planteles que debían abandonar el estadio porque el partido no se jugaba por falta de garantías, según les habían manifestado los árbitros.
Desde nuestra institución lamentamos profundamente el daño que se le hace al fútbol de Catamarca, repudiamos cualquier hecho de violencia que pudiera haber sucedido, seguimos creyendo en la honestidad de los señores árbitros y dirigentes, y como tal, solicitamos al Consejo Federal la reprogramación del encuentro, que será justo, sin abandonar la investigación de los hechos para llegar a una verdad que nos deje la tranquilidad de pensar que el fútbol sigue siendo una pasión de todos, de la que no nos pueden privar unos pocos.
Juan Carlos Sarmiento
Presidente Liga
Chacarera de Fútbol
Fuente: http://www.elesquiu.com/
Martes 08 de abril de 2014, 23:30
?Una salvaje agresión arruinó el festejo de Amalia? tituló La Gaceta de Tucumán, destacando que ?Barras del "Villero" (Amalia) atacaron el auto del preparador físico de Lastenia, Jeremías Pizzo, que perdió el conocimiento y debió ser hospitalizado?. Sin embargo increíblemente, uno de los integrantes de la terna que el domingo denunció supuestos hechos de violencia y suspendiera el partido San Martín-Tesorieri (LR), el tucumano Nicolás Nanterne Giacchino, decidió que ?igual se podía jugar?. Una flagrante contradicción del referí, que en Las Chacras ?sintió miedo? (¿?)
No estábamos en condiciones de jugar. Le avisamos al árbitro (Nicolás) Nanterne Giacchino, pero nos dijo que no había razones por suspenderlo?, aseguró Sebastián García, técnico de Lastenia. Su equipo fue derrotado por Amalia, 1 a 0, después que parte del cuerpo técnico y el plantel fueran agredidos antes de que comenzara el encuentro.
Cerca de las 15, en tres camionetas de la Policía, llegaron los jugadores de la "gloria?. Detrás de ellos, en un auto particular, llegaron Jeremías Pizzo, preparador físico, y José Luis Lazarte, ayudante de campo. Ellos iban con una persona que conducía el rodado y su hijo, jugador de las inferiores del club. Cuando los vehículos fueron descubiertos por la hinchada "villera?, comenzaron a arrojarles piedras.
Después de que las camionetas ingresaran al estadio, los pocos policías que estaban en el lugar cerraron la puerta y el auto quedó afuera. Una horda de violentos lo atacó y casi lo volcaron. Los de la "gloria?, al percatarse de lo que estaba ocurriendo, lograron que el automóvil pasara la puerta. Mientras lo hacía, un desconocido arrojó un medio bloque de cemento que rompió la luneta e impactó en la cabeza de Pizzo.
El preparador físico, después de haber sido alcanzado por el proyectil, perdió el conocimiento y permaneció así durante varios minutos. "Cuando me desperté me di cuenta que volaban las piedras que arrojaban desde la calle. Luego me subieron a una ambulancia y me llevaron al Hospital Padilla. Allí me hicieron varios puntos de sutura y me diagnosticaron un traumatismo de cráneo?, comentó Pizzo en una charla con LG Deportiva.
Pero más allá de este salvaje ataque, en el sur de la ciudad hubo fútbol. César Mateucci marcó el único tanto a los tres minutos de haberse iniciado el encuentro a través de un tiro libre. De ahí en más todo fue aburrido. El "villero? ajustó sus líneas para aguantar el triunfo y a Lastenia le faltaron ideas para lograr al menos el empate.
¿Cómo en Catamarca?, nada que ver, porque en Las Chacras los únicos que conocieron (¿?) los hechos de violencia fueron los árbitros. Además parece que las únicas que vales son las agresiones en contra de los árbitros, ya que los ataques a los jugadores y los cuerpos técnicos parecen no interesales. Un grave contradicción del Sr. (¿?) Nanterne Giacchino.
La declaración no coincide con la denuncia realizada por los ábitros ni las declaraciones públicas emitidas por el árbitro Sebastián Barrionuevo, donde sostiene que salieron de las cabañas donde estaban alojados antes de las 15.30 y no tardaron mucho en llegar al estadio, desde que subieron al auto y sufrieran las amenazas, es decir, mucho antes de las 16.20, además los ábitros manifestaron que le sustrajeron un bolso en el ?apriete? y el efectivo policial advierte que todos llegaron con bolsos.
El protocolo
Los árbitros no cumplieron con el protocolo establecido reglamentariamente, nunca solicitaron identificación de los encargados del traslado, no informaron a las autoridades de la Liga lo sucedido, ni de la suspensión definitiva del partido, lo que genera mayores dudas sobre las manifestaciones de los ?soplapitos? tucumanos.
Otra contradicción que puede observarse es que Barrionuevo expresó públicamente que los dirigentes de la Liga ni del club local nunca se acercaron a ellos, ni siquiera a solidarizarse por la situación, sin embargo, en el informe del jefe del operativo se establece que apenas llegados al estadio solicitaron custodia policial para ser trasladados a una comisaría o sede judicial para efectuar la denuncia por un ilícito penal (amenazas con arma de fuego y soborno de dinero) y, a su vez ?no querían hablar con ningún dirigente ni dar más explicaciones?, manifiesta.
Por otra parte, se informó que en la sede judicial el árbitro informó sobre la suspensión del partido al comisario Aldeco y éste por equipo de radio comunica a las autoridades de la liga y del equipo visitante la decisión tomada por el árbitro.
En el informe elevado al jefe de la Zona Norte de la Unidad Regional Nº 1, comisario Isnpector Carlos Crrizo, se detalla que ?aproximadamente a las 16.20 se observó el ingreso de un Peugeot 207, gris, que pasó por el costado del suscripto ya que me encontraba en el centro del estadio. Este vehículo se dirige al sector de los vestuarios, lugar donde descienden dos masculinos y una femenina, todos con trajes de color gris, cargando en sus hombros bolsos celestes con líneas grises?, señaló el jefe del operativo, comisario Pedro Díaz.
La declaración no coincide con la denuncia realizada por los ábitros ni las declaraciones públicas emitidas por el árbitro Sebastián Barrionuevo, donde sostiene que salieron de las cabañas donde estaban alojados antes de las 15.30 y no tardaron mucho en llegar al estadio, desde que subieron al auto y sufrieran las amenazas, es decir, mucho antes de las 16.20, además los ábitros manifestaron que le sustrajeron un bolso en el ?apriete? y el efectivo policial advierte que todos llegaron con bolsos.
El protocolo
Los árbitros no cumplieron con el protocolo establecido reglamentariamente, nunca solicitaron identificación de los encargados del traslado, no informaron a las autoridades de la Liga lo sucedido, ni de la suspensión definitiva del partido, lo que genera mayores dudas sobre las manifestaciones de los ?soplapitos? tucumanos.
Otra contradicción que puede observarse es que Barrionuevo expresó públicamente que los dirigentes de la Liga ni del club local nunca se acercaron a ellos, ni siquiera a solidarizarse por la situación, sin embargo, en el informe del jefe del operativo se establece que apenas llegados al estadio solicitaron custodia policial para ser trasladados a una comisaría o sede judicial para efectuar la denuncia por un ilícito penal (amenazas con arma de fuego y soborno de dinero) y, a su vez ?no querían hablar con ningún dirigente ni dar más explicaciones?, manifiesta.
Por otra parte, se informó que en la sede judicial el árbitro informó sobre la suspensión del partido al comisario Aldeco y éste por equipo de radio comunica a las autoridades de la liga y del equipo visitante la decisión tomada por el árbitro.
En el informe elevado al jefe de la Zona Norte de la Unidad Regional Nº 1, comisario Isnpector Carlos Crrizo, se detalla que ?aproximadamente a las 16.20 se observó el ingreso de un Peugeot 207, gris, que pasó por el costado del suscripto ya que me encontraba en el centro del estadio. Este vehículo se dirige al sector de los vestuarios, lugar donde descienden dos masculinos y una femenina, todos con trajes de color gris, cargando en sus hombros bolsos celestes con líneas grises?, señaló el jefe del operativo, comisario Pedro Díaz.
La declaración no coincide con la denuncia realizada por los ábitros ni las declaraciones públicas emitidas por el árbitro Sebastián Barrionuevo, donde sostiene que salieron de las cabañas donde estaban alojados antes de las 15.30 y no tardaron mucho en llegar al estadio, desde que subieron al auto y sufrieran las amenazas, es decir, mucho antes de las 16.20, además los ábitros manifestaron que le sustrajeron un bolso en el ?apriete? y el efectivo policial advierte que todos llegaron con bolsos.
El protocolo
Los árbitros no cumplieron con el protocolo establecido reglamentariamente, nunca solicitaron identificación de los encargados del traslado, no informaron a las autoridades de la Liga lo sucedido, ni de la suspensión definitiva del partido, lo que genera mayores dudas sobre las manifestaciones de los ?soplapitos? tucumanos.
Otra contradicción que puede observarse es que Barrionuevo expresó públicamente que los dirigentes de la Liga ni del club local nunca se acercaron a ellos, ni siquiera a solidarizarse por la situación, sin embargo, en el informe del jefe del operativo se establece que apenas llegados al estadio solicitaron custodia policial para ser trasladados a una comisaría o sede judicial para efectuar la denuncia por un ilícito penal (amenazas con arma de fuego y soborno de dinero) y, a su vez ?no querían hablar con ningún dirigente ni dar más explicaciones?, manifiesta.
Por otra parte, se informó que en la sede judicial el árbitro informó sobre la suspensión del partido al comisario Aldeco y éste por equipo de radio comunica a las autoridades de la liga y del equipo visitante la decisión tomada por el árbitro.
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La declaración no coincide con la denuncia realizada por los ábitros ni las declaraciones públicas emitidas por el árbitro Sebastián Barrionuevo, donde sostiene que salieron de las cabañas donde estaban alojados antes de las 15.30 y no tardaron mucho en llegar al estadio, desde que subieron al auto y sufrieran las amenazas, es decir, mucho antes de las 16.20, además los ábitros manifestaron que le sustrajeron un bolso en el ?apriete? y el efectivo policial advierte que todos llegaron con bolsos.
El protocolo
Los árbitros no cumplieron con el protocolo establecido reglamentariamente, nunca solicitaron identificación de los encargados del traslado, no informaron a las autoridades de la Liga lo sucedido, ni de la suspensión definitiva del partido, lo que genera mayores dudas sobre las manifestaciones de los ?soplapitos? tucumanos.
Otra contradicción que puede observarse es que Barrionuevo expresó públicamente que los dirigentes de la Liga ni del club local nunca se acercaron a ellos, ni siquiera a solidarizarse por la situación, sin embargo, en el informe del jefe del operativo se establece que apenas llegados al estadio solicitaron custodia policial para ser trasladados a una comisaría o sede judicial para efectuar la denuncia por un ilícito penal (amenazas con arma de fuego y soborno de dinero) y, a su vez ?no querían hablar con ningún dirigente ni dar más explicaciones?, manifiesta.
Por otra parte, se informó que en la sede judicial el árbitro informó sobre la suspensión del partido al comisario Aldeco y éste por equipo de radio comunica a las autoridades de la liga y del equipo visitante la decisión tomada por el árbitro.